ADENTRO DE LA ‘MATRIX’: EL SISTEMA DE IDENTIFICACIÓN CIVIL DE FILIPINAS

 

por Herbert Docena *

[Este artículo es una versión abreviada de un informe más extenso titulado “ Under the Watchful Eye: The Philippines National ID System and the Global Project to Compile Dossiers and Keep an Eye on Everyone “, que puede descargarse en: www.focusweb.org/pdf/NatID article-format.pdf ]

El proyecto multi-estatal de intercambio de información anti-terrorista (MATRIX) es una base de datos gigantesca que contiene millones de elementos de información personal, incluyendo características físicas, etnia, direcciones presentes y pasadas, números de teléfono, historia delictiva, información patrimonial, fotografías de vecinos y socios, modelo de auto, historia de crédito, y registros de matrimonio y divorcio. La lista completa de la información se mantiene en secreto para que nadie sepa con seguridad –salvo los que tienen acceso a la base de datos- qué más se puede encontrar en la MATRIX. El mantenimiento de esta base de datos lo realiza una empresa privada en 5 estados de EE.UU. La base es financiada parcialmente por el Departamento de Justicia estadounidense, controlada por el Departamento de Seguridad Interna, y accesible a altos funcionarios del gobierno estadounidense. ( 1)

Después del 11 de septiembre de 2001 los programadores de MATRIX formularon un “cociente de terrorismo” para buscar “terroristas potenciales” en los registros de la base de datos. Esta práctica se denomina “minería de datos” y consiste en el análisis informático de enormes cantidades de información personal para identificar patrones de conducta que supuestamente son indicadores de actividad “terrorista”. Esto a su vez se utiliza para “realizar perfiles, o asignar niveles de riesgo a las personas. En base a los cálculos de la supercomputadora un total de 120.000 personas fueron clasificadas con un puntaje de “factor terrorista alto”. Sus nombres se le entregaron a la Agencia de Investigación Federal (FBI), el Servicio Secreto y otras agencias de policía. Decenas de personas fueron arrestadas, pero hasta el momento su identidad –y que les pasó en última instancia- permanece en secreto. (2)

Aunque esto suena a una trama de ciencia-ficción, la MATRIX es real: su existencia no ha sido negada ni está clasificada como información confidencial. Y a pesar que el gobierno descartará esto como una teoría conspirativa, hay buenas razones para sospechar que MATRIX ha sido el modelo para el uso que pretende darle el gobierno filipino a toda la información que obtendrá a través del sistema nacional de identificación (SNI)propuesto en ese país.

Es importante resaltar que lo que resulta crucial para el sistema nacional de identificación no es la cédula de identidad en sí misma sino la enorme cantidad de información que estará asociada a ésta. Incluso la Suprema Corte, al invalidar la orden anterior del ex Presidente Fidel Ramos de poner en práctica el Sistema Nacional de Identificación, reconoció el real objetivo del gobierno al declarar que el sistema le podía dar al gobierno “el poder de recopilar un expediente devastador contra ciudadanos inadvertidos”.

El SNI implica que todos los Filipinos recibirían un único “número de referencia” al nacer, al cual se le adosará toda su información personal respectiva en una base de datos central. De hecho, el gobierno ya ha dado pasos para reunir y concentrar en un sólo sistema toda la información que está dispersa en las distintas agencias gubernamentales. El Secretario de Defensa Avelino Cruz reveló claramente cuál es la idea que subyace a esta propuesta al declarar que “con un sólo número por persona, es más fácil examinar sus archivos desde una computadora”. (3)

Lo que no dicen en voz alta, sin embargo, es que la base de datos no tiene por fin solamente mantener los diferentes registros de las las personas. El proyecto de ley del senador Pánfilo Lacson específicamente menciona que “un mínimo de datos se mantendrá en la cédula de identidad, en tanto los datos más sensibles y confidenciales se almacenarán en sistemas de gestión computarizada”. El Secretario del Interior Ángelo Reyes declaró que las cédulas de identidad contendrán otras “características distintivas”. Cruz quiere incluir los registros de antecedentes delictivos. Es importante tomar nota de que el conjunto de datos accesibles al propietario de cada cédula no será idéntico a los datos que recolectará y a los que tendrá acceso el gobierno. Los datos sólo serán “confidenciales” para el titular pero obviamente no para quienes los mantienen.

¿Qué pretende hacer el gobierno con toda esta información “sensible y confidencial”? Hay quienes pretenden presentar la propuesta como un simple plan inocente para facilitar las gestiones gubernamentales, o, en palabras del Secretario de Prensa Ignacio Bunye, para aligerar las billeteras (4). Sin embargo, la propia Presidenta Arroyo aclaró explícitamente que la propuesta es necesaria “para sumar más herramientas al combate contra el terrorismo” (5). Ésta, casualmente, también es la meta declarada de MATRIX. El SNI será utilizado para construir una enorme base de datos centralizada con los expedientes de todos los filipinos, para mantener vigilados a aquellos que el sistema clasifique como “terroristas” en primer lugar y, en segundo lugar, para descubrir “terroristas potenciales” entre la población.

¿Quién estará a cargo de decir quién es “terrorista”? Con la estrecha cooperación entre Estados Unidos y Filipinas en la “guerra contra el terrorismo”, no solamente será la Presidenta Arroyo la que tendrá la llave de nuestra MATRIX local y quien decidirá entonces quién es bueno y quién no. Hay buenas razones para creer que el SNI de Filipinas es parte de un ambicioso proyecto dirigido por Estados Unidos para crear una infraestructura de registro y vigilancia mundial, que asegure que no quede prácticamente nadie en el planeta por fuera de ese registro, y que todos nuestros movimientos, comunicaciones y transacciones sean monitoreadas, registradas y almacenadas en bases de datos enlazadas en una red global accesible a diversos gobiernos.

Nuevamente, esto puede sonar como una teoría conspirativa estrafalaria, pero en los hechos, los elementos tecnológicos necesarios para una infraestructura de vigilancia global ya se encuentran disponibles y se están utilizando. Hay mucha presión para crear sistemas nacionales de identificación civil con sus correspondientes bases de datos, no sólo en Filipinas, sino en muchos países en todo el mundo. Ya se está aplicando un sistema de identificación global de facto mediante la adopción de los pasaportes biométricos como norma internacional. Al mismo tiempo, se expande un sistema mundial para rastrear movimientos y monitorear comunicaciones y transacciones. Se enlazan bases de datos nacionales e internacionales, tanto públicas como privadas, que se ponen en red y se hacen inter-operables, creando una situación sin precedentes. La “minería de datos” prolifera.

 

Todo esto está ocurriendo en un contexto más amplio marcado por la introducción de “leyes anti-terroristas” en todo el mundo, acompañadas por una creciente armonización de las agencias de seguridad de los distintos países. Estas leyes anti-terroristas invariablemente legalizan los arrestos sin garantías y las detenciones por tiempo indefinido, flexibilizan las reglas para la intervención de líneas telefónicas, la vigilancia personal y el seguimiento de las comunicaciones y las transacciones personales, el congelamiento de bienes patrimoniales, etc. —todo sin que los funcionarios gubernamentales tengan que demostrar la existencia de fundamentos razonables para llevar adelante estos actos. En algunos casos, esta legislación incluye disposiciones que autorizan allanamientos secretos, arrestos secretos y juicios secretos –en el sentido que no se le permite a la persona afectada informarle a nadie que ha sido allanada, arrestada o que está acusada en un juicio.

¿Será que todas estas medidas lograran detener al “terrorismo”? El congresista Próspero Nograles, uno de los propulsores del SNI en el Congreso de Filipinas, recientemente admitió en una entrevista de televisión que “no hay garantías” de que así sea. (6). En realidad, los funcionarios del gobierno a menudo quedan en blanco cuando se los presiona para que expliquen cómo podría exactamente el SNI haber evitado el reciente ataque con bombas ocurrido en Makati.

¿Servirá acaso el SNI para atrapar “terroristas”? Depende de quiénes sean catalogados como tales por la Arroyo o por Bush: Nelson Mandela fue otrora etiquetado como “terrorista”, los iraquíes que ejercen su derecho a resistir la ocupación de su país tal y como lo consagran las Convenciones de Ginebra, son “terroristas”. Según lo admitiera el ex director del Servicio de Inteligencia y Seguridad canadiense, las definiciones del término “terrorismo” podrían “incluir fácilmente conductas que no se asemejan en nada con el terrorismo”. (7)

Los activistas, la oposición política y prácticamente cualquiera cuya existencia y acciones socaven los intereses de aquellos que tengan el poder de decidir quién es “terrorista” serán especialmente vulnerables. Como la discriminación es intrínseca a la “minería de datos” y la clasificación según perfiles, los musulmanes serán más estigmatizados que nunca. Pero aunque son los que corren más riesgo, no son sólo los musulmanes o los activistas quienes corren peligro ahora.

En la medida en que las leyes anti-terroristas presumen que todos somos culpables a menos que demostremos nuestra inocencia, y como la minería de datos nos trata a todos como posibles criminales a menos que nuestro “cociente de terrorismo” pruebe lo contrario, hoy somos todos “terroristas potenciales”. Eso sí, no cualquier clase de “terrorista”, sino “terroristas” con cédula de identidad a disposición para probarlo.

* Herbert Docena es investigador asociado de Focus on the Global South . Este artículo es una versión abreviada de un informe más detallado titulado ” Under the Watchful Eye: The Philippines National ID System and the Global Project to Compile Dossiers and Keep an Eye on Everyone ”, que se puede descargar en www.focusweb.org/pdf/NatID article-format.pdf

Notas:

 

(1) Madeleine Baran, “Welcome to the Matrix,” The New Standard, 8 de julio de 2004; David Cole, “Uncle Sam is Watching You,” New York Review of Books, 18 de noviembre de 2004

 

(2)Baran, “Welcome to the Matrix”

 

(3)”Inclusion of criminal records in national ID mulled,” Philippine Daily Inquirer, 5 de marzo de 2005

 

(4) Gil C. Cabacungan Jr, Christine Avendano, Edison Tandoc Jr, “Bunye dispels fears of national ID system,” Philippine Daily Inquirer, 21 de febrero de 2005

 

(5) Dalangin-Fernandez, “Arroyo backs national ID system”

 

(6) Entrevista, Canal ABS-CBN, 10 de marzo de 2005

 

(7) Reid Morden, “Spies, not Soothsayers: Canadian Intelligence after 9-11,” CSIS Commentary, No. 85, 26 de noviembre de 2003.