por Herbert Docena*
A pesar de los nuevos ofrecimientos de aumentar la participación en la bonanza de la reconstrucción de Irak, la conferencia de donantes para Irak convocada por Estados Unidos terminó en desilusión, pues sólo se recaudaron US$13 mil millones, muy lejos de los US$36 mil millones fijados como objetivo. Para frustrar aun más las expectativas, hasta dos tercios del total de los compromisos serán préstamos y no donaciones. Y, si la experiencia de recolección de fondos para Afganistán sirve de indicación, muchos de los compromisos podrían terminar simplemente en más promesas multimillonarias rotas.
“Una conferencia muy exitosa”
La mayor parte de las contribuciones provienen de quien ya se esperaba que aportase:
Japón puso más de US$5 mil millones, España US$300 millones y Kuwait otros US$300 millones.
Tal como se esperaba, Francia y Rusia no pusieron nada. Alemania donó apenas US$100 millones, la mitad de los cuales fueron su parte de la contribución de la Unión Europea. Filipinas ofreció US$1 millón que no puede permitirse aportar, Vietnam ofreció arroz y Sri Lanka prometió té. Las naciones árabes, con las que Estados Unidos contaba para sacar las castañas del fuego, resultaron ser las más aguafiestas.
Para subrayar cuán seriamente se tomaban esta instancia de recaudación de fondos, muchos gobiernos enviaron burócratas de bajo rango, y otros simplemente indicaron a sus diplomáticos asignados en Madrid que se aparecieran y saludaran.
“Aquí estamos y hemos tenido una conferencia muy exitosa”, dijo el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell al final del evento que duró dos días, intentando poner buena cara. Antes del comienzo de la conferencia, sin embargo, Powell ya trataba de calmar las expectativas diciendo que “Yo nunca he considerado [la cifra de US$36 mil millones] como un objetivo que hay que alcanzar”, aunque más tarde exhortó con firmeza a los participantes a hacer donaciones “sustanciosas”.
Pero apenas si donaron, y ciertamente no en forma “sustanciosa”. Para magnificar la cifra final, los organizadores tuvieron que repetir que se habían obtenido US$33 mil millones – el total que incluye los US$20 millones prometidos por EEUU, aunque en verdad nunca se pretendió que esta cifra se incluyera en el tanteador de Madrid. (1)
Chantaje emocional
El pedido de dinero de EEUU se topó con muchos oídos sordos, a pesar que la estrategia de recolección de fondos implicaba tratar de convencer al mundo que la única forma de reconstruir Irak es continuando la ocupación. Al solicitar donaciones a los países, EEUU quería que el mundo se resignara al hecho de que no se retirará de Irak en el futuro cercano, y que la única manera de ayudar a los devastados iraquíes era financiando la ocupación.
Esta fue la línea de razonamiento adoptada por la “comunidad internacional” en la reciente resolución 15-0 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que efectivamente legitima la ocupación y exhorta a los países a dar una mano. Armado con esta resolución, el secretario general de la onU, Kofi Annan, inauguró la conferencia de Madrid instando a los otros países “a dar, y a dar con generosidad”.
“Todos esperamos el establecimiento de un gobierno soberano iraquí tan pronto como sea posible, pero el comienzo de la reconstrucción no puede ser pospuesto hasta ese día”, dijo Annan, reforzando el argumento de las fuerzas de ocupación. (2)
EEUU y los otros gobiernos que necesitan una coartada política para convencer a sus contribuyentes de que donen dinero esperaban utilizar una especie de chantaje emocional como arma de negociación, sirviéndose de la miseria y el sufrimiento del pueblo iraquí.
Según esta línea de argumentación, quienes llaman al fin de la ocupación y se oponen a financiarla no sólo son demasiado ingenuos y poco razonables, sino también personas frías y sin corazón que no se preocupan verdaderamente por el pueblo iraquí. Aquellos que activa o pasivamente apoyan la ocupación, por el contrario, son representados como los nobles corazones que ayudan a los iraquíes.
“Necesitamos tanto el dinero…”
Además de tomar al mundo como rehén en el drama de los iraquíes, EEUU se vio obligado a abandonar ciertas concesiones y a prometer caramelos para estimular mayor generosidad. Tres días antes de la conferencia, EEUU acordó finalmente establecer el Fondo internacional para la reconstrucción de Irak (IIRF), que será administrado en forma independiente por el Banco Mundial y la onU.
“Necesito el dinero tan desesperadamente que tenemos que permitir que sea la comunidad internacional quien esté a cargo, a lo que nos oponíamos por principios”, habría dicho el administrador estadounidense en jefe de Irak, el teniente Paul Bremer. (3) Si no estuviera tan desesperado por dinero, EEUU hubiera elegido seguir controlando cómo se gastará todo el dinero de la reconstrucción y a quién se le otorgarán los contratos.
Ese control exclusivo le había permitido a EEUU quedarse hasta ahora con la mayor parte de los mil millones de dólares en contratos de reconstrucción, porque las leyes federales exigen que los contratos se otorguen solamente a empresas estadounidenses. El subsecretario del Tesoro de EEUU, John Taylor, subrayó hace poco que mientras el dinero provenga de los contribuyentes estadounidenses, EEUU se reservará el derecho a impedir que empresas no estadounidenses obtengan contratos financiados con ayuda bilateral. (4)
Estrategia de venta
Con la creación del IIRF, sin embargo, EEUU se ha visto obligado, debido a sus problemas de iliquidez, a compartir la bonanza de la reconstrucción con empresas no estadounidenses. Se esgrimió entonces la posibilidad de acceder a una parte en esta bonanza lucrativa como el principal incentivo para inducir a los países donantes a separarse de su dinero. “Es una forma de conseguir que paguen el derecho de piso”, confesó un alto funcionario estadounidense antes de la conferencia. “Esa es la estrategia de venta.” (5)
EEUU se dispuso a asumir este compromiso sólo porque una concesión así no atentaría contra su control político y militar sobre Irak ocupado. De hecho, al estimular más financiación extranjera para compensar los actuales problemas financieros de EEUU, el acuerdo podría incluso permitir a EEUU gastar más en ‘pacificación’ y menos en auxilio.
EEUU tendría menos dinero para ofrecerle a sus empresas, pero por lo menos podría asegurarse de tener los recursos para quedarse más tiempo. Después de todo, un dólar no gastado en plantas de tratamiento de agua (porque otros las estarán pagando) es un dólar más para gastar en balas y bombas. Por lo tanto, cualquier donación, incluso si se realiza a través de un canal independiente, seguiría prolongando y financiando indirectamente la ocupación.
Pero lo significativo del IIRF es que marca el viraje de una reconstrucción unilateral a una multilateral. Con el IIRF, el proceso de licitación de los contratos será abierto ahora a todos. Ahora los donantes podrán donar directamente a Irak el dinero de sus contribuyentes y especificar al mismo tiempo que solamente sus propias empresas habrán de beneficiarse con los contratos de reconstrucción respectivos.
Como es práctica corriente en las ayudas de este tipo, los US$5 mil millones de Japón se le adjudicarán probablemente a un contratista japonés, y los US$300 millones de España irán a sus propias empresas selectas. Que se trate de donaciones o préstamos podría marcar una gran diferencia. Por ejemplo, si la contribución para reconstruir un puente es una donación, entonces Irak se queda con el puente, pero la empresa japonesa o española se queda con el dinero. Pero si se trata de un préstamo, como es mucho más probable que ocurra, entonces Irak se queda con el puente, pero también tendrá que pagarle al gobierno español o japonés en el futuro, bajo condiciones que estos gobiernos establecen hoy sin el consentimiento de los iraquíes.
Un futuro brillante
A pesar de todos estos arreglos, los organizadores pretendieron presentar la conferencia como el encuentro de los generosos y no como el reparto multilateral del botín de guerra que resultó ser. “Madrid es hoy el símbolo de nuestra confianza en el futuro de Irak”, dijo la ministra española de Relaciones Exteriores, Ana Palacios. “Si podemos hacer triunfar el proceso, Irak debería tener por delante un futuro brillante después de su pesadilla”, dijo Hilary Benn, titular de la secretaría de Desarrollo Internacional de Gran Bretaña. (6)
Pero al mismo tiempo que se negociaba en las salas de reunión, en otra parte del mismo complejo sesionaba también una conferencia paralela de inversionistas que reunía a los posibles beneficiados para hablar del futuro brillante que les espera. Aquí, miembros de la delegación del Consejo de gobierno iraquí (IGC, por su sigla en inglés), que consta de cien personas, hicieron presentaciones sobre las muchas oportunidades de negocios para los inversionistas, en lo que se considera la mayor y más lucrativa fiesta de reconstrucción desde la segunda Guerra Mundial.
La conferencia atrajo a representantes de organismos y corporaciones empresariales tales como la Cámara de Comercio de EEUU, la Asociación de Empleadores de España, el gigantesco fabricante de automóviles Daimler Chrysler, la empresa Caterpillar de maquinaria para la construcción, e incluso el francés BNP Paribas, obligado a buscarse un lugar con el gobierno español ya que Francia no contaba con nadie que pudiera reservárselo. (7)
El castigo
Haciendo gala del don de elegir el buen momento, el director interino del banco central iraquí aprovechó la ocasión para anunciar que seis bancos extranjeros pronto tendrán licencia para operar en Irak. (8) Anteriormente se había informado que el JP Morgan Chase, accionista mayoritario en algunas de las mayores empresas del mundo como ExxonMobil, General Electric y General Motors, estaría al frente de un consorcio de bancos occidentales que operarán el nuevo Trade Bank of Irak. (9) En una economía donde las oportunidades comerciales están en auge pero el capital es escaso y las tasas de interés, por consiguiente, son altas, JP Morgan y los bancos elegidos se aseguran así un nicho en lo que promete ser uno de los sectores más lucrativos de la economía.
El mismo día, apenas para recordárselo a tiempo a los donantes, una columna de opinión del periódico London Financial Times de orientación empresarial sugirió en que bolsillos podrían terminar las donaciones. “Si esos fondos que tanto costó obtener han de redituar el máximo beneficio”, escribe Kamal Shair, “la atención de los donantes debe centrarse en ayudar a construir un Irak que adopte una economía abierta, liberal”. Esos millones, insiste Shair, no deben utilizarse sólo en asistencia financiera, sino “extenderse a la promoción de inversiones privadas complementarias”. (10)
Por si quedaba alguna duda sobre lo que verdaderamente se estaba negociando en Madrid, los mismos representantes del Consejo de gobierno iraquí (IGC) lo hicieron explícito. Cuando se le preguntó acerca de la negativa de Francia, Rusia y otros países a colaborar, un miembro del IGC amenazó con que “El nuevo gobierno iraquí lo recordará”. Estos países, según se dice afirmaron los miembros del IGC, serían “castigados” cuando llegue el momento de otorgar más contratos. (11)
Corrupción absurda
A fin de cuentas, sin embargo, a pesar de las promesas de “un futuro brillante”, pocos quisieron “pagar el derecho de piso”.
Esto podría deberse en parte a verdaderas limitaciones políticas y económicas de los países donantes que se enfrentan a crecientes déficit presupuestarios y oposición pública general contra la guerra. Incluso si hubieran querido entrar en el reparto, estos gobiernos no tenían suficiente dinero o suficiente capital político para sacrificar. Pero no apuntalar ni financiar lo que muchas mayorías consideran una ocupación ilegal puede haber sido también una decisión consciente y deliberada.
Y ciertamente no ayudó el hecho que la misma semana de la conferencia aún seguían publicándose explosivas acusaciones de corrupción contra EEUU y sus contratistas. A los cargos cada vez más numerosos se sumó la denuncia del parlamentario Henry Waxman, que acusó a la empresa estadounidense Halliburton de importar petróleo a Irak “con el dinero de los iraquíes” a precios visiblemente inflados. Un abogado de la agencia de cooperación internacional de EEUU (USAID) la acusó de haber fijado el alcance de un contrato en términos que “justifican la financiación disponible” en lugar de basarse en las necesidades reales.
Además, EEUU acaba de imponer una política de contratación que otorga a los licitantes apenas tres días para presentar sus pliegos, una política “absurda” que jamás se aplicaría en EEUU, según un experto en políticas de contratación, y que solo beneficiará a las grandes empresas que ya están haciendo negocios en Irak. (12)
Agujero negro financiero
Más explosivo quizás sea lo que la organización británica de ayuda Christian Aid reveló en Madrid en la mismísima mañana de la conferencia. Según su informe, hasta US$4 mil millones de todos los fondos trasferidos a la Autoridad provisional de la coalición (CPA) después de la guerra “desaparecieron en un agujero negro financiero”. (13)
Además de los mil millones que sobraron del programa “alimentos por petróleo” de la onU antes de la guerra, la CPA debería haber recibido mil quinientos millones en ingresos por petróleo posguerra, así como US$2,500 millones por concepto de haberes expropiados al régimen de Saddam Hussein. “Sin embargo, increíblemente, nunca se rindieron cuentas públicas sobre estos miles de millones de dólares”, dijo Christian Aid.
Esa organización ha estado persiguiendo a la CPA y la onU para que den cuenta de sus gastos, pero no ha obtenido ninguna respuesta. Citaron las declaraciones de un alto diplomático que decía: “No tenemos la menor idea de cómo se ha gastado el dinero. Ojalá supiera, pero simplemente no lo sabemos. No tenemos la menor idea”.
Dominic Nutt, de Christian Aid, dijo que Bremer, el director de CPA que concurrió a la conferencia junto con un centenar de delegados iraquíes, se inquietó mucho con estas revelaciones. “Se enojaron mucho. Ni siquiera quieren contestar las preguntas de la prensa en relación con nuestras acusaciones”, dijo Nutt.
La resistencia
Pero al final, la conferencia de Madrid fracasó porque, frente a una resistencia interna creciente y más decidida que nunca, puede que no haya ningún futuro brillante esperando a quienes se atreven a pagar el derecho de piso y entrar en el negocio. Irak es hoy un ‘piso’ en el que nadie que pretenda todavía tener futuro quiere entrar.
A pesar de tanto discurso optimista, el teniente general Ricardo Sánchez, comandante de EEUU y las fuerzas aliadas en Irak, admitió la semana pasada que “El enemigo ha evolucionado: un poquito más mortífero, un poquito más complejo, un poquito más sofisticado”. (14) Un informe reciente de la CPA sobre la situación de seguridad en Irak fue descrito como “una lectura preocupante”. Nada menos que el secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, contradijo directamente las alentadoras declaraciones públicas del presidente George W Bush y las suyas propias, cuestionando en privado los progresos de EEUU en Irak.
Otra prueba del éxito de la resistencia iraquí cuando se trata de arruinar los planes que otros hacen para su país, es que se ha pospuesto indefinidamente la conferencia internacional para que los ejecutivos de las mayores empresas petroleras se reunieran con los funcionarios del Ministerio iraquí de hidrocarburos. La Royal Dutch Shell todavía prohíbe a sus empleados pisar suelo iraquí. En lugar de minimizarlas, las empresas le están prestando cada vez mas atención a las “evaluaciones de amenaza” a raíz de los nuevos informes que revelan planes de ataques a las empresas comprometidas en la ‘reconstrucción’. (15)
Una de las instalaciones de Bechtel, por ejemplo, fue recientemente alcanzada por una granada propulsada por un cohete. Los empleados de Bechtel, obligados a vivir en casas rodantes en campamentos protegidos con alambre de púa, tienen que viajar ahora en caravanas armadas con no menos de un “francotirador” designado en cada vehículo. Así, o volando en un helicóptero militar. (16)
Sangre por lucros, no
Todos estos ataques constituyen un mensaje muy claro a los asistentes a la conferencia de donantes: nadie debe lucrar con la ocupación. El mensaje fue escuchado: un delegado español a la conferencia de inversionistas dijo que, con todas las cosas que ha estado oyendo, no está tan entusiasmado con Irak. Después de todo, también está Europa del Este.
Los informes sobre Irak no son ciertamente los que harían que un país sea popular entre los hombres de negocios sin un gusto especial por las emociones fuertes. Esta inseguridad es lo que termina explicando porqué en Madrid fueron pocos los que participaron del reparto del botín. Con la resistencia en auge, Irak seguirá siendo, como afirma un empresario de Washington que ha organizado muchas conferencias para inversionistas, “una bonanza pendiente”. (17)
* Herbert Docena trabaja con Focus on the Global South y el Observatorio internacional para la ocupación de Irak (International Irak Occupation Watch Center). Estuvo en Madrid durante la conferencia de donantes. Correo electrónico: [email protected]. El sitio web del Observatorio es www.occupationwatch.org
Notas
(1) Steven Weisman, “$13 billion raised at Iraq aid talks,” New York Times, octubre 25-26, 2003.
(2) A Eatwell, “Donors' conference heads for shortfall despite pleas for ‘generosity for Iraq’”, El Pais, octubre 24, 2003.
(3) Steven R Weisman, “US to let donors set up agency in Iraq,” New York Times, octubre 21, 2003.
(4) Agencia France Press, “US grabs lion's share of Iraq's deals,” Business Day, octubre 23, 2003.
(5) Robin Wright, “US Dangles a Carrot: Opportunities in Iraq,” Los Angeles Times, septiembre 10, 2003.
(6) Paul Reynolds, “Mixed Bag in Madrid,” BBC News, octubre 22, 2003.
(7) Joshua Levitt, “Business chiefs sound out Iraqis on investment opportunities,” Financial Times, octubre 24, 2003.
(8) Roula Khalaf, “Iraq bank governor points to licenses for six foreign financial institutions,” Financial Times, octubre 24, 2003.
(9) Associated Press, agosto 29, 2003.
(10) Kamal Shair, “Donors must build a market economy in Iraq,” Financial Times, octubre 24, 2003
(11) Steven Weisman, “$13 billion raised at Iraq aid talks,” New
York Times, octubre 25-26, 2003
(12) Edmund L Andrews and Neela Banerjee, “Bidders for
reconstruction are racing the clock,” New York Times, octubre 20,
2003.
(13) Informe de Christian Aid, octubre 23, 2003.
(14) Michael Gordon, “Attacks on US forces gain sophistication,” New York Times, octubre 20, 2003.
(15) Carola Hoyos y Thomas Catan, “Security fears force delay to oil conference,” Financial Times, octubre 22, 2003.
(16) Steve Schifferes, “The challenge of rebuilding Iraq,” BBC News, octubre 21, 2003.
(17) Joshua Chaffin, “Reconstruction bonanza proves elusive,” Financial Times, octubre 23, 2003.