Filipinos en el Líbano tratados como esclavos de los tiempos modernos
Hezbollah no es visto como una organización terrorista
Comunicado de prensa, Manila, 18 de agosto de 2006
Las trabajadoras filipinas en el Líbano son tratadas como "esclavas de los tiempos modernos", denuncian los filipinos que acaban de llegar del Líbano después de haber participado en una misión internacional de paz de parlamentarios y organizaciones de la sociedad civil.
"Las condiciones de trabajo de los filipinos en el Líbano son terribles" declaró el Diputado Mujiv Hataman, representante de lista partidaria de Anak Mindanao.
"Se les promete un salario mensual de US$ 200 cuando están en Manila, pero solamente les pagan US$ 150 cuando llegan al Líbano. Trabajan desde las 5 AM hasta las 12 de la noche todos los días, sin ningún día libre. Algunas se ven obligadas incluso a trabajar en fábricas después de trabajar en las casas de sus patrones", comenta Hataman, resumiendo las entrevistas que tuvo con decenas de filipinas en el centro de evacuación de Filipinas en el centro de Beirut.
"Su situación se asemeja a la del trabajo forzado, incluso a la esclavitud blanca", observó el Dr. Walden Bello, profesor de la Universidad de Filipinas, que también formó parte de la misión.
La misión exige la creación de puestos de trabajo en el país que hagan innecesario para las trabajadoras y trabajadores filipinos emigrar. Por otra parte se denunció a la Administración de Empleo en el Exterior de Filipinas por su omisión en proteger el bienestar de los filipinos fuera del país.
En particular, recomiendan que se prohíba el funcionamiento de las agencias de empleo filipinas y libanesas que se compruebe que han abusado de los trabajadores y que se presenten cargos en su contra. También recomiendan estudiar la posibilidad de eliminar completamente las agencias de empleo y transferir al Estado el papel que hoy tienen en la búsqueda de puestos de trabajo, el reclutamiento de trabajadores y la negociación con los empleadores.
"Las agencias de empleo son los comerciantes de esclavos de los tiempos modernos; se están volviendo ricos a costa del sufrimiento de los filipinos. Cuentan con una deducción automática del salario de los trabajadores durante tres meses. Prometen $200 por mes a trabajadores que luego sólo reciben $150 por mes. En los casos de emergencias, como en esta guerra, se preocupan menos por la situación de los trabajadores que por minimizar los costos" denuncia Herbert Docena, representante de la organización ‘Stop the War Coalition-Filipinas'. "El gobierno, por su parte, tolera esta situación".
A pesar del mal trato que reciben las filipinas de parte de las agencias y los empleadores libaneses, la misión enfatizó que el pueblo libanés no merece ser bombardeado por Israel.
"En última instancia, las bombas que cayeron sobre el Líbano, haciendo peligrar la vida de los filipinos provenían de Israel. La decisión israelí de iniciar la agresión es injustificable; su decisión de infringirle a los filipinos, junto con los libaneses, un "castigo colectivo", constituye una violación flagrante del derecho internacional", dice Docena, cuya organización ‘Stop de War Coalition – Filipinas', ha solicitado el retiro del embajador filipino de Israel y la ruptura de las relaciones diplomáticas con ese país hasta que termine su ocupación en Palestina.
La misión comprobó que contrariamente a lo que informan la mayoría de los medios, Hezbollah no es considerada una organización "terrorista" por la gran mayoría del pueblo libanés. Es parte de lo que los libaneses llaman la "resistencia nacional" que incluye no sólo a Hezbollah sino a otros grupos seculares y cristianos.