por Feroze H. Mithiborwala*
BEIRUT, 15 de agosto de 2006. Indudablemente la resistencia nacional libanesa ha salido victoriosa de la guerra contra la agresión israelí. Llegamos aquí para expresar nuestra solidaridad con el pueblo libanés y para ser testigos de la muqawama o resistencia. Pero de hecho tuvimos la fortuna de presenciar la Victoria del Líbano sobre el poderío militar de Israel. El rumbo de la historia está cambiando y los pueblos del mundo hacen suyas la esperanza y la inspiración de la valiente resistencia libanesa dirigida por Hezbollah y su secretario general Sheikh Hassan Nasrallah. La resistencia libanesa también fue apoyada por el Partido Comunista Libanés, cuyos integrantes pelearon hombro con hombro con sus compañeros de Hezbollah, Amal y otras organizaciones y partidos patrióticos. La unidad del pueblo libanés por encima de las diferencias religiosas y clases sociales, y la flexibilidad y resistencia de la sociedad civil, han sido factores esenciales de esta victoria sobre Israel y EE.UU.
En medio del júbilo reinante, es esencial que comprendamos el significado de la Resolución Nº 1701 de las Naciones Unidas. Israel y EE.UU. están intentando salvar en el campo diplomático las pérdidas que han sufrido en el terreno militar. Es cierto que Hezbollah logró expulsar a Israel de los territorios ocupados del sur del Líbano durante la larga guerra entre 1982 y 2000. Pero esta vez derrotó al ejército israelí en 34 días. Israel perdió más de 100 soldados y 40 tanques Merkava y además no logró capturar ni un sólo poblado o ciudad. El único logro de Israel fue masacrar una cantidad (estimada) de 1500 civiles inocentes y la destrucción sin sentido de infraestructura civil.
Entonces cabe preguntarse por qué la resistencia libanesa aceptó la resolución 1701, cuando, en realidad, tenían a los israelíes contra las cuerdas. Hablamos con los representantes de la resistencia y éstas son las conclusiones.
Es cierto que la resistencia aceptó la resolución 1701 y que lo hizo de común acuerdo con el gobierno libanés, pero con algunas reservas que nos han comentado. La primera prioridad de la resistencia era llegar a una tregua que significara detener la política de "castigo colectivo" llevada adelante por Israel mediante la matanza generalizada de civiles. Y eso ciertamente se logró. La resistencia le ha pedido a la gente que retorne a sus hogares en el sur del Líbano y anunció que todos los hogares e infraestructura destruidos serán reconstruidos. Hassan Nasrallah llamó a este emprendimiento "Jihad al-binah" o la Jihad para la Reconstrucción. La fe de la gente en la resistencia es tan inmensa que a pesar de la presencia de las tropas israelíes en el sur, cientos de miles están volviendo a sus hogares y granjas destruidos.
El otro aspecto que se debe aclarar es que la resolución 1701 no es un "cese del fuego" sino un "fin de las hostilidades" y existe una diferencia importante entre ambos términos, que quizás no resulte evidente. Básicamente, el "fin de las hostilidades" significa que Israel debe detener ahora sus ataques a las poblaciones civiles y que la gente tendrá un respiro. Por otro lado el "cese del fuego" es entre la resistencia e Israel. Lo que significa básicamente que si un tanque o soldados israelíes siguen penetrando en tierras libanesas, la resistencia contraatacará. También la resistencia declaró en forma para nada ambigua que el "estado de guerra" continuará hasta que Israel abandone todos los territorios libaneses ocupados, incluidas las granjas de Shebaa. Por lo tanto, el acuerdo de fin de las hostilidades elimina el peligro inmediato para los civiles y en consecuencia la batalla será entre la resistencia e Israel.
Pregunté a Ali Fayyad, el ideólogo político de Hezbollah, qué le impide a Israel volver a atacar zonas civiles con el pretexto reiterado de que Hezbollah está disparando cohetes desde esas zonas. Ali Fayyad manifestó claramente que el movimiento valora las vidas de los civiles mucho más que Israel, algo que queda claramente demostrado por el número de víctimas civiles sufridas por ambos bandos. Pero también cree que Israel no volverá a elegir blancos civiles debido a la presión internacional, porque los israelíes también perdieron la guerra en el terreno diplomático y político. A pesar de la resolución 1701, Israel ha anunciado el sitio del Líbano por tierra, agua y aire. La resistencia analizó la declaración y la consideró una clara violación del artículo 1º de la resolución 1701 y del derecho internacional, porque perjudica claramente a la nación libanesa. El acuerdo también habla de respetar la "línea azul" o la frontera libanesa-israelí. Ali Fayyad afirmó que "salvo que se produzca un retiro total del ejército israelí, seguiremos luchando y discutiremos el desarme de Hezbollah sólo después de que nos hayamos liberado e Israel se abstenga de futuras guerras de agresión".
El hecho y fondo del asunto es la resistencia o muqawama es la única fuerza capaz de hacerle frente al ejército israelí. El Líbano no tiene un ejército capaz de enfrentar a Israel. Incluso el Presidente Emile Lahoud declaró que "la única fuerza capaz de contrarrestar la agresión israelí es la resistencia. Nuestro ejército sólo está preparado para la vigilancia interna y carece de armamento pesado. Fue Israel quien inició esta guerra y siempre encontrará una excusa para proseguirla. A diferencia de otros integrantes del mundo árabe, confié en que la resistencia sería capaz de luchar contra el ejército de Israel y derrotarlo. Aunque en términos de armas convencionales el saldo favorece en forma abrumadora a Israel, nuestra guerrilla de resistencia resultó victoriosa. Por eso quieren desarmar a Hezbollah, para que Israel pueda volver a ocupar el Líbano como en 1982".
Incluso Khalid Hadadh, secretario general del Partido Comunista Libanés, apoya la resistencia libanesa y afirma que los comunistas resistirán la agresión israelí en alianza con Hezbollah. Hablando de Hassan Nasrallah, afirmó "es nuestro Che Guevara con turbante". Sobre la resolución 1701 opinó que es contradictoria y que sólo puede generar una paz frágil, ya que recompensa al agresor.
Un factor básico de la victoria libanesa ha sido la unidad del pueblo, a diferencia de lo sucedido en Afganistán e Irak. Las fuerzas de izquierda y Hezbollah están haciendo el máximo esfuerzo por preservar esa unidad y han establecido un diálogo con todos los partidos políticos y segmentos sociales. El camarada Khalid defendió también enfáticamente a Hezbollah al que llamó el partido de los oprimidos y los desposeídos. Desde su punto de vista, Hezbollah fue "parte de cada hogar y es un movimiento sociopolítico de masas para la liberación". También afirmó que "la derrota de la resistencia significaría el fin del Líbano como sociedad democrática moderna y multi-religiosa y por eso nos solidarizamos con Hezbollah, que es la vanguardia de la resistencia".
La victoria de pueblo libanés permitirá la consolidación de los avances renovados del antiimperialismo en todo el mundo, y sin duda le dará una nueva dirección y un impulso importante contra el proyecto mundial del imperialismo estadounidense-israelí. Realmente estamos siendo testigos de un momento histórico para los pueblos del mundo.
* Feroze H. Mithiborwala, Forum Against War and Terror (Foro contra la Guerra y el Terror), Bombay, India