Declaración de la coalición Stop the New Round! sobre el fracaso de las negociaciones de la OMC en Cancún


La Quinta Conferencia Ministerial de la OMC en Cancún, México finalizó sin poder emitir una Declaración Ministerial. El fracaso de las negociaciones es una victoria para los intereses nacionales. Como señalara la coalición Stop the New Round! (SNR) durante el lanzamiento de su Caravana SNR! y su Obervatorio de Cancún el 9 de septiembre, que el marco previsto en el proyecto de declaración de Cancún no haya sido aprobado favorece los mejores intereses nacionales de Filipinas.

El proyecto de declaración incluía nuevas reducciones arancelarias para la agricultura, nuevas reducciones arancelarias y acuerdos vinculantes para todos los productos no agrícolas, una fecha límite cercana para la conclusión de las negociaciones sobre servicios, y el posible inicio de las negociaciones sobre los nuevos temas. La aplicación de las políticas de comercio del gobierno filipino ha resultado devastadora para la agricultura y la industria, y el gobierno todavía tiene que rendir cuentas sobre estos impactos. La revisión de aranceles está muy lejos de finalizar, y nuevos compromisos perjudicarían el resultado de esa revisión. Asimismo, asumir acuerdos vinculantes en estos temas restringirá el ya limitado espacio de las políticas nacionales de los países en desarrollo, constriñendo sus opciones de desarrollo.

Las negociaciones toman el peor rumbo posible 
En el curso de las negociaciones, los países desarrollados trabajaron para empeorar aún más el proyecto de declaración ministerial que ya era malo para los países en vías de desarrollo. El proyecto revisado de declaración ministerial difundido el 13 de septiembre marginó por completo las posiciones de los países en desarrollo. 


Respecto a la agricultura, el texto no exigía reformas importantes en las medidas de ayuda interna ni en los subsidios a la exportación, aunque a los países en desarrollo sí se les dice que deben reducir radicalmente sus aranceles. El llamado Compartimiento Verde que permite otorgar subsidios ilimitados y que fue usado por los países desarrollados como mecanismo de dumping no es disciplinado en forma definitiva y concluyente. Había solamente una concesión limitada a los productos estratégicos y mecanismos de salvaguarda propuestos por los países en desarrollo. En el tema del acceso al mercado para productos no agrícolas, no se efectuaban cambios sustanciales para flexibilizar los compromisos de reducción de aranceles, aunque si mantenía solamente una débil referencia a las barreras no arancelarias que han sido utilizadas por los países en desarrollo como mecanismos para su propia protección.

Pero el colmo fue la insistencia en el texto sobre el inicio de negociaciones al menos en dos de los nuevos temas (contratación pública y facilitación del comercio) y la imposición de una fecha límite para llegar a acuerdo sobre las modalidades de negociación sobre inversiones y política de competencia. Durante el curso de la negociación quedó claro que no había consenso en torno a estos temas, y 16 países encabezaron la oposición de los países en desarrollo a iniciar negociaciones al respecto. El 12 de septiembre, nada menos que 90 países expresaron una posición común de no iniciar negociaciones sobre los temas de Singapur.


Por fin un respiro 
Las negociaciones sobre los nuevos temas resultaron ser una línea divisoria crucial. En las horas finales de la Conferencia, los países intentaban destrabar las negociaciones en una reunión a puertas cerradas así llamada de “sala verde”, con la participación de 33 países, incluida Filipinas. No se llegó a consenso. Luis Ernesto Derbez, Ministro de Relaciones Exteriores de México y anfitrión de la reunión cerró en forma oficial las negociaciones con una declaración en la que afirmaba que no había bases para ningún tipo de acuerdo sobre los nuevos temas. Paraq llegar a ese resultado fue de importancia crucial la negativa de varios agrupamientos de países en desarrollo a ceder en los temas de agricultura y los nuevos temas y su decisión de romper filas hacia el final de la reunión. En el pasado, coaliciones similares se quebraron bajo el peso de la presión de los países desarrollados sobre las jerarquías gubernamentales en las capitales de los países en desarrollo. Sin poder ocultar su descontento, el Representante de Comercio de EE.UU. Robert Zoellick dijo en broma que muchos países estaban “pontificando y no negociando”.


El camino de regreso
El camino hasta Cancún fue difícil para la Coalición SNR! Nos llevó mucho tiempo convencer al Secretario Mar Roxas, el negociador comercial de nuestro país, a tomar posición en ciertos temas específicos que estaban planteados. Si bien las posiciones adoptadas por el gobierno estaban lejos de las posturas concretas que deseábamos, hicimos explícito que le pediremos cuenta a los negociadores de todos los compromisos que asumieron con nosotros, incluso su posición de oponerse al inicio de negociaciones sobre los nuevos temas. La SNR! ha mostrado su fortaleza política realizando una amplia movilización multisectorial de dos días el 12 y 13 de septiembre pasados. 

El camino de vuelta a casa será un desafío todavía mayor. El gobierno debe lograr traducir su nuevo discurso sobre políticas de comercio en políticas concretas a nivel nacional. Los sectores mantendrán su campaña por cambios en las políticas agrícolas, de pesca, industria y servicios.