GINEBRA, 28 de junio de 2006: Después de un intenso proceso de siete semanas de negociaciones continuas en Ginebra, los presidentes de los comités de negociaciones de agricultura y AMNA, los Embajadores de Nueva Zelanda -Crawford Falconer- y de Canadá -Donald Stephenson, presentaron sus textos borradores a los miembros de la OMC el 22 de julio.
El texto de agricultura refleja un fenómeno que no se había visto en los últimos 6 años en la OMC, en él Crawford Falconer reflejó fielmente las posiciones de los miembros captando las divergencias existentes (en 750 corchetes) y los consensos donde existen. Esto constituye un alejamiento auspicioso del modus operandi de la OMC en el pasado reciente -donde los presidentes fabricaban el consenso inexistente basándose en su propio juicio (a menudo tendencioso), y dependían de la manipulación que ejercían los más poderosos para que el mismo se aprobara. Ejemplo de ello fueron los textos borradores que condujeron a la inconclusa Ministerial de Cancún, y el Anexo C previo a la Ministerial de Hong Kong. Según el grupo de países en desarrollo AMNA 11, el  texto sobre AMNA del Embajador Canadiense Stephenson, no refleja fielmente sus posiciones en ciertas áreas (por ejemplo en relación a las reducciones arancelarias sectoriales era engañoso).

Al presentar sus textos, los presidentes dijeron que el proceso está ahora en manos del Director General Pascal Lamy como presidente del Comité de Negociaciones Comerciales.
Curiosamente, a pesar de todo el trabajo que significó el producir estos textos, y a pesar de su carácter anticipado, desde el 22 de julio no ha habido discusiones realmente sustantivas en torno a estos borradores. En lugar de eso, esta semana Pascal Lamy intervino con su propio proceso que básicamente deja de lado los textos de los presidentes.
Las reuniones de sala verde de Lamy
Una serie de reuniones de sala verde de uno 30 embajadores, convocadas por Lamy desde el 26 de julio, han establecido planes para la mini-ministerial que el secretariado de la OMC está organizando para finales de la semana (comenzando el 29 de junio). Estos fueron los temas discutidos:
1) Se informa que, según Lamy, la mini ministerial y otras reuniones informales que se realizarán entre el 29 de junio y el 2/3 de julio, tienen como objetivo concluir las modalidades para que los miembros puedan elaborar sus listas. Sin embargo, los planes parecen estar dirigidos hacia la resolución de las modalidades parciales en lugar de las completas, al menos en junio, centrándose sobre todo en el triángulo de cuestiones que el Director General parece considerar más críticas: a)acceso a mercados en agricultura (que exige un movimiento de la UE); b) ayuda interna en agricultura (aguardan movimientos de EE.UU.); c) reducciones arancelarias en AMNA (que exigen compromisos de Brasil e India).
En la sala verde ha emergido una “secuencia” de temas a ser discutidos en agricultura y AMNA durante la mini ministerial. (Ver anexo abajo). En abril de este año, muchos miembros se oponían vehementemente a la sugerencia de Lamy de tratar las modalidades parciales en una mini ministerial en abril. Esto condujo a la cancelación de la mini ministerial. Esta vez, se ha realizado una formulación muy cuidadosa para justificar la “secuenciación” -que estas no son cuestiones prioritarias, sino una secuencia de cuestiones a ser discutidas. El razonamiento es que algunas cuestiones destrabarán otras.
En la reunión de sala verde del 27 de junio, no hubo consenso respecto a cuál debería ser la lista parcial de temas. Algunos países africanos sugirieron colocar la erosión de preferencias en la lista de agricultura, otros querían que se incluyera la competencia de las exportaciones y los topes arancelarios. Entonces se les alertó que fueran precavidos para no terminar con un “árbol de navidad”. El Director General dijo que el revisaría la lista y la reformularía en la tarde del 27 de junio, sin embargo no se esperan demasiados cambios.
2) Lamy habló también de “arribar a una zona de aterrizaje” mediante el logro de recortes reales a la ayuda interna y nuevos flujos comerciales (lo que quiere decir que las reducciones arancelarias deberían recortar los aranceles aplicados). Él parece haberse dado cuenta de que si bien los “nuevos flujos comerciales” no constituyen un reflejo del mandato de Doha, estos temas han emergido durante el curso de las negociaciones.
Los “nuevos flujos comerciales” generaron mucha preocupación. Algunos embajadores le dijeron durante la sala verde que su “zona de aterrizaje” estaba fuera de foco y que deberían ser en realidad el “desarrollo” y la “reciprocidad menos que plena” (un concepto utilizado en las negociaciones del AMNA que significa que los países en desarrollo deberían realizar recortes arancelarios menores a los de los países en desarrollo). Otros sintieron sin embargo que la “zona de aterrizaje” de Lamy constituía un justo reflejo de su mandato.
3) La CE dijo que ellos esperaban que “la tasa de cambio entre las distintas cuestiones” se tornaría clara y sería el objeto de las discusiones de la mini ministerial. Esto se refiere a lo que los miembros estén dispuestos a pagar, a lo que esperan recibir a cambio y a cuál será el precio. (Los/as negociadores/as de los países en desarrollo se preguntan si sus ministros estarán los suficientemente familiarizados con los detalles técnicos como para navegar en discusiones de este tipo).
La cuestión de que las reuniones de sala verde no se extiendan durante la noche también fue planteada. Lamy, aparentemente, prometió vagamente que él no las llevaría más allá de cierta hora.
Reacciones de los miembros de países en desarrollo
1) La secuenciación de los temas marginará a aquellos que son motivo de preocupación para los países en desarrollo. En los corredores de la OMC, algunos delegados de países en desarrollo cuestionaron si el triángulo de  temas que propone Lamy, que es básicamente lo que implica la secuenciación acordada, es realmente el mejor enfoque para los países en desarrollo. Un delegado africano dijo,
“En el triángulo se pone mayor énfasis en el acceso a mercados, y no hay nada respecto al desarrollo. Las cuestiones de Productos Especiales (PE) y de Mecanismos de Salvaguardias Especiales (MSE) son vistas como “cuestiones secundarias”. Este enfoque no es correcto. Respecto a las preferencias, Lamy ha dicho que sería más fácil resolver las preferencias una vez que la fórmula esté acordada. Pero, ¿quién nos escuchará una ves que la fórmula esté acordada?
Si nos mantenemos firmes respecto a los PE y a los MSE, estaremos en problemas. Nos dirán que estamos impidiendo el consenso y seremos culpados por ello. Si acordamos las modalidades parciales centrándonos en el acceso al mercado y dejando de lado las cuestiones relativas al desarrollo, estaremos dándole un beso de despedida al desarrollo.”
2) Cuestionamientos por la falta de transparencia en el proceso de sala verde
En las discusiones en los corredores se han planteado también una amplia gama de cuestiones en torno a los procedimientos y la falta de transparencia del proceso. Los criterios para decidir quién es invitado a las reuniones de sala verde -definidos por las altas jerarquías de la Secretaría- son completamente desconocidos para los miembros. Los coordinadores de las regiones o grupos de países en desarrollo, al igual que los coordinadores de los grupos temáticos, generalmente son invitados; por ejemplo, Benín en representación del Grupo Africano, Zambia por los Países Menos Adelantados y Mauricio por los países de ACP; e Indonesia representando al G33. Fortuitamente todos los países miembros del G6 están presentes (EE.UU., UE, Brasil, India, Japón, Australia). Para la selección se tiene en cuenta también algún tipo de representación regional. Según algunos, generalmente son siete de cada región clave. En la reunión de sala verde del 27 de junio había 7 africanos.
Nunca se ha decido en la OMC que un coordinador negocie en representación de su grupo, pero en la práctica así lo asume la Secretaría. Esto plantea los siguientes problemas:
a) No hay un programa detallado de lo que se va a discutir en las reuniones de sala verde previo a su realización, por lo que para los coordinadores es imposible consultar con sus grupos en forma anticipada y hablar en representación de su grupo en el marco de un mandato claro provisto por el grupo.
Según un delegado, “El lunes por la mañana (reunión de sala verde del 26 de junio), yo no tenía idea de que íbamos a elaborar una lista de temas a ser discutidos por los ministros. Yo no sabía que esto iba a suceder hasta que vi al Sr. Lamy.”
b) No hay una estructura interna que garantice la transparencia y la rendición de cuentas en los procesos de sala verde para facilitar ese tipo de representación.
Un delegado se lamentaba, “¿Quién está en la sala verde? Yo nunca sé si voy a estar en la sala verde esta semana o la próxima. ¿Dónde están las actas de la sala verde? ¿Cuál es el programa de lo que se va a discutir en la sala verde?
“Se asume que los que estén adentro hablarán en representación de los demás que están afuera. Pero no hay actas ni una estructura que garantice la rendición de cuentas. ¿Cómo pueden saber los demás que yo los estoy representando adentro? ¿Cuál es la estructura de rendición de cuentas? Estas son cuestiones fundamentales y ellas hacen a la estructura, el proceso y la legitimidad de la organización.”
Otro delegado cuestionó también la cuestión de la representación en la sala verde.
“Yo no sé cómo son elegidos los siete (africanos). ¿Por qué el país x solía participar en la sala verde y ya no está más ahí? ¿Sobre qué base se tomó la decisión?
“No es suficiente presionar por tener representación si no hay directrices respecto a cómo rendir cuenta a esos grupos. En la medida en que no hay actas de la sala verde, yo no acepto lo que sale de allí porque no sé lo que mi representante ha dicho allí adentro. Mi representante puede decir también que ella/él no tuvo nada que ver con el resultado.”
La orquestación de las negociaciones entre la sala verde y el plenario es también percibida como un intento deliberado de forzar ciertas decisiones que salen de la sala verde, prescindiendo del resto de la membresía. Generalmente no hay suficiente tiempo entre las reuniones de sala verde y el plenario para que los coordinadores consulten con sus grupos (como pasó en Hong Kong). Un delegado lamenta: “¿Cómo puede ser que la sala verde finalice a las 11:55  y el plenario comience a las 12:00?”
b) Sala Verde: es en efecto el organismo de toma de decisiones en la OMC. La sala verde no es una estructura formal de toma de decisiones – tal como argumenta Lamy- y en teoría los miembros pueden bloquear el consenso en el Comité de Negociaciones Comerciales o en el Consejo General. Sin embargo, los delegados de los países en desarrollo tienen una perspectiva diferente:
“Sabemos que una mini ministerial no es formal. Pero informalmente y en la práctica toma decisiones. Formalmente la sala verde no es el foro de toma de decisiones definitivo, pero en el pasado hemos visto como los resultados de la sala verde son llevados al CNC formal y allí es les coloca el sello.”
3) Lamy y los textos de la sala verde
Puede ser que Lamy se abstenga de producir su propio texto, ya que en Ginebra hay mucha oposición a que esto suceda. Sin embargo, los negociadores piensan que ese tipo de textos ya están siendo cocinados por la Secretaría (y otros), y que serán contrabandeados en la sala verde para luego emerger no como textos de Lamy, sino como textos de la sala verde.
Un delegado africano resume: “Este proceso es terrible. ¿Tú sabes de esos días en que solíamos decir que este es un club de hombres ricos? Yo no creo que nada haya cambiado desde entonces. El proceso al final va a definir el contenido.”
Si Pascal Lamy y la Secretaría imaginan que están conduciendo un proceso de abajo hacia arriba e inclusivo (tal como parecen pensar), se están engañando a sí mismos. Muchos delegados están profundamente frustrados con el proceso: la imposibilidad de influir en las decisiones; el flujo de información fragmentaria que sale de la sala verde en el mejor de los casos; los procedimientos, o la falta de ellos, calculados para hacer que sea imposible para los representantes de los grupos rendir cuentas en forma efectiva a sus grupos. Podrá haber o no una revuelta en las filas de la OMC en junio y julio. Pero no se necesita ser muy iluminado para saber que un proceso excluyente que ha sido diseñado para promover determinados intereses a costa del desarrollo, a la larga tendrá un efecto bumerang.
 
* Aileen Kwa es una investigadora asociada de Focus on the Global South y reside en Ginebra. Ella es co-autora con Fatoumata Jawara de "Behind the scenes at the WTO" (“Detrás de las Bambalinas en la OMC”), Zed Books, 2004. Se la puede contactar escribiéndole a: [email protected]