Nicola Bullard : “Hay esperanza si hay acción”

“Nosotros no pensamos en términos de grandes conceptos a los que arribar,no queremos que se haga un cambio igual para todos, no queremoshomogeneizar a las personas. Creemos que cada lugar tiene que inventar suspropios procesos de cambio, sus propios caminos de no exclusión. Hayfórmulas que pueden funcionar en algunos lugares y en otros no”, sostieneesta estudiosa y activista que ha trabajado durante veinte años consindicatos, organizaciones de mujeres, grupos de derechos humanos yagencias de desarrollo en Australia, Tailandia y Camboya. “Cada vez tomamás forma la existencia de mundos paralelos que tienen sus propiasinstituciones, reglas y le dan un nuevo valor a la democracia -agrega-. Hayque reconceptualizar todo. El nuevo mundo es un trabajo en elaboración”.

A cara fresca y pelo negro revuelto Nicola Bullard, lúcida y didáctica,habla con optimismo y absoluto compromiso sobre los temas que hoy cruzan eldebate y la acción del movimiento antiglobal. Nació en Melbourne,Australia, pero trabaja desde hace una década en Bangkok, Tailandia, dondeactualmente integra la organización Focus o­n the Global South, uno de loscentros más serios de investigación sobre economía y procesos de cambio conlos que cuenta el movimiento. Participó en el I y el II Forum SocialMundial integrando su Consejo Internacional y llegó a la Argentina llena decuriosidad y entusiasmo. Luego del reportaje se tomó media hora paraentrevistar a la cronista y poner al día sus datos sobre Argentina, despuésde leer con impacto las noticias sobre la caída del salario y elredimensionamiento de la pobreza. Una catarata de agua helada en una mañanaimpúdicamente soleada.

¿Podría explicar el concepto “sur global” que da nombre a su organización?

Hay un norte en lo que se considera el sur tradicional y un sur en lo quese llama comúnmente norte. En el llamado norte está la concentración delcapital pero es en el sur donde se padecen las presiones de esos grandesgrupos de capital, que arrasan con lo que sea para su supervivencia,haciendo que el mundo gire en torno a su concepto de mercado. El sur es,entonces, un concepto globalizado, que está en todos los países y que noreconoce fronteras. Una palabra que invoca una metáfora. Por eso nuestraagrupación globaliza el concepto de sur. Lo hace significando las zonas delmundo donde se vive la exclusión.

¿Cómo se puede terminar con la exclusión?

Primero es una cuestión de mentalidad, de no intentar luchar por otro mundosupuestamente mejor que reproduzca exactamente los comportamientos de lasestructuras de este modelo neoliberal, impulsado por el FMI, el BancoMundial y los países ricos. Cada vez toma más forma la existencia de mundosparalelos que tienen sus propias instituciones, reglas y le dan un nuevovalor a la democracia. Hay que reconceptualizar todo. El nuevo mundo es un”work in progress” (N.de la R: un trabajo en elaboración).

¿Quiere decir que el objetivo en sí es un proceso constante?

Absolutamente no. Este movimiento es muy nuevo y todavía está definiendosus procesos pero sus objetivos son muy claros y sencillos. Lo digo entrecomillas, pero su objetivo es la “libertad” de los individuos, del modo enque cada uno la imagine y la necesite. Nosotros no pensamos en términos degrandes conceptos a los que arribar, no queremos que se haga un cambioigual para todos, no queremos homogenizar a las personas. Creemos que cadalugar tiene que inventar sus propios procesos de cambio, sus propioscaminos de no exclusión. Hay fórmulas que pueden funcionar en algunoslugares y en otros no.

Hay quienes dicen que ya es tiempo de dejar de realizar actos simbólicoscomo encuentros entre intelectuales y marchas de protestas y que es elmomento de pasar a la acción. ¿Está de acuerdo?

La acción ya existe. Aquí mismo lo podemos ver. Argentina es un buenejemplo con sus asambleas de barrio, el movimiento de los piqueteros, lasorganizaciones de abajo. El punto en el que no hay que equivocarse como hasucedido en el pasado es con el momento de llevar adelante la acción. Losque necesitan hacer las acciones las harán o dejarán pasar la oportunidadhistórica de actuar, que es un modo de actuar. Creo que hay que respetarlos tiempos de los que llevan adelante los procesos. No funciona provocarcambios que la gente todavía no puede o no quiere llevar adelante.

El gobierno de George Bush ha puesto al mundo a los pies de una guerra queellos han denominado perpetua. ¿Cómo se lucha hoy por la paz?

Dejando muy claro que la guerra que hoy se hace hombre a hombre, cuerpo acuerpo, sigue representando un negocio para el neoliberalismo. Es siempreuna cuestión de dinero. Las intervención a Kabul tiene los mismos objetivosque las que en otro tiempo tuvo la de Kosovo, hacer funcionar unamaquinaria, concentrar el foco en un enemigo falso blanco. El único”negocio” posible es la paz.

Usted es una especialista en Asia ¿qué similitudes encuentra entre losprocesos de los países asiáticos con los de América Latina?

Primero tengo que destacar la diversidad que tiene cada uno de estoscontinentes para después animarme con una consideración muy general sobresus similitudes y también sobre sus diferencias. Si bien muchos países deAsia funcionan sin las presiones del FMI o del Banco Central, sus gobiernosgeneran un esquema de mercado neoliberal tan fuerte como el de los grandesorganismos mundiales. Hoy no hay país en el mundo que escape al esquemaneoliberal. En cuanto a la diferencias, se me ocurre que la más evidente esque los países de Asia basan más su economía en el campo. Por ejemplo enChina el ochenta por ciento de la población está involucrada en tareasagrarias. Y otra diferencia es su relación con el dólar. Me gusta pensarque tanto en un continente como en el otro se están abriendo caminos demundos alternativos.

¿Usted es feminista?

Si, creo que sí.

¿Cómo evalúa que en este Foro que se hace en Buenos Aires no exista unamesa dedicada a la mujer?

¿No hay una mesa dedicada a la mujer? Me parece un dato muy interesante ymuy sintomático de este movimiento que todavía se maneja con términos aveces antiguos, masculinos y un poco salvajes. Yo, como mujer y feminista,me siento totalmente responsable de esta falla y de esta ausencia de debatede género.

¿El movimiento ha recuperado la palabra “esperanza” como una posibilidadreal?

Sí, la ha recuperado en el momento en que la asoció inexorablemente a lapalabra acción.