por Aileen Kwa
Desde la “reanudación blanda” de las conversaciones de Doha anunciada por el director general el 16 de noviembre del año pasado, la actividad de la OMC se ha reiniciado, pero todas las reuniones se han realizado a nivel informal. Hasta ahora no se han fijado plazos, pero los que participan dicen que Lamy le ha solicitado a los presidentes de los grupos de negociación, en voz baja, que elaboren textos en base a las consultas con los miembros. Según uno de los presidentes “si bien no hay fechas límites establecidas, estamos trabajando sobre un escenario que supone, en el mejor de los casos, tener un texto a fines de marzo”.
En Ginebra, la mayoría cree que una prórroga o renovación de la vía rápida es altamente improbable dado el estado de ánimo que prevalece actualmente en Estados Unidos respecto del libre comercio, la sensibilidad política sobre los subsidios agrícolas y su relación con las próximas elecciones presidenciales en 2008. Sin embargo, como expresara un delegado de uno de los países del G20:
“No es imposible. Siempre existe cierto elemento de incertidumbre. Qué pasa si los Demócratas y Republicanos llegan a un acuerdo del que no tenemos noticias y los Demócratas aceptan una prórroga (para la vía rápida)? Y nunca sabremos el porqué… En este momento, la vía rápida parece ser lo último que tienen en mente. Pero Estados Unidos nos ha sorprendido en el pasado un par de veces. Aunque es muy improbable, no es imposible que aparezcan con una sorpresa”.
“Además” declara otro delegado, “sin importar lo que sienten los presidentes respecto de la situación a nivel personal, es su trabajo impulsar las negociaciones”.
Agricultura
Ninguna reducción real de la ayuda interna
Siendo el tema que frenó las conversaciones en julio, gran parte de la actividad en Ginebra hoy se centra en agricultura. El colapso de julio se originó en la negativa de Estados Unidos a mejorar su oferta en el tema de la ayuda interna, y a la vez demandar una gran apertura de acceso a mercados de los miembros. Había solicitado una reducción arancelaria algo inferior a 60% (para los países en desarrollo) y ligeramente inferior a 90% para los países desarrollados. Sin embargo, no ofreció ninguna reducción real en sus gastos efectivos en el total de la ayuda interna distorsionante del comercio (OTDS por sus siglas en inglés). Su nivel actual de gasto en OTDS es de US$ 19.700 millones (Aquí no se computa el gasto de Estados Unidos de alrededor de 50 mil millones de dólares por año en ayuda clasificada como legal en el marco del “compartimento verde” de la OMC). La oferta estadounidense fue consolidar su OTDS en US$ 22.300 millones, es decir ninguna exigencia de reducción del gasto real, sino que se reservaba para sí “agua” o la posibilidad de aumentar efectivamente los subsidios entre 2 y 3 mil millones de dólares. El único logro de esa propuesta sería que Estados Unidos eliminaría el “agua” (dinero que estaban autorizados a gastar pero no lo hacían) de su compromiso en materia de OTDS en la Ronda Uruguay, que les daba la posibilidad de gastar hasta cerca de US$ 48.000 millones.
Si bien la UE se las ha ingeniado para aparecer como el “policía bueno”, tampoco está reduciendo su ayuda interna. La reforma de la Política Agrícola Común (PAC) de la UE en 2003 no redujo el conjunto de los subsidios que reciben los productores de la UE, simplemente recategorizó el grueso de estos subsidios trasladándolos al “compartimento verde” compatible con la OMC. El grueso de los apoyos que otorga la UE, aproximadamente € 89.000 millones, ahora son legales para la OMC, incluso aunque estas enormes sumas que se dan a los productores inevitablemente contribuyan a la sobreproducción y a la baja de los precios mundiales. El nivel actual de gasto OTDS de la UE asciende a € 26.000 millones, y su oferta es fijar en € 33.000 millones el techo de su gasto OTDS. Una vez más, no hay ningún recorte real, por el contrario, su oferta les permite incrementar los subsidios OTDS en 6-7 mil millones de euros.
Intereses de EEUU de acceso al mercado: Objeciones al G33
Sin ofrecer nada a cambio, Estados Unidos en particular le ha caído con todo a la solicitud del G33 de flexibilizar la reducción de los aranceles. Jason Hafemeister, Sub Secretario del Representante Comercial estadounidense (USTR por sus siglas en inglés) para las negociaciones de agricultura en la OMC explicó el colapso de julio y la posición del USTR:
“Hemos sido muy generosos en nuestra oferta sobre agricultura. Estamos reduciendo los ayuda interna distorsionante en un 60% en comparación con el 20% de la Ronda Uruguay. Pero en julio no se discutió realmente sobre la ayuda interna. La atención se centró en el acceso a los mercados y fue éste el punto en que trastabillaron las conversaciones. Necesitamos nuevos flujos comerciales y en este momento no hay nada sobre la mesa al respecto”.
Continuó diciendo que existen diferencias entre Estados Unidos y la UE. “Pero la mayor diferencia es con los países en desarrollo. El G33 está planteando excepciones importantes que implicarían anular por completo el efecto de las reducciones arancelarias”. (1)
Dio varios ejemplos: India tiene un arancel consolidado medio de 114%. La formula de reducción arancelaria del G20 reduciría el arancel consolidado a 70%. Pero el tipo arancelario aplicado medio de la India es 35%. Indonesia tiene una tasa consolidada de 48%. La formula del G20 lo reduciría a 33% mientras que la tasa aplicada media es de 9%. Según Hafemeister, solamente el 3% de los niveles arancelarios indonesios caería por debajo de las tasas aplicadas en la actualidad.
A esto debe sumarse, indicó, que el G33 (el Grupo de 43 países en desarrollo) sigue proponiendo los Productos Especiales (20% de las líneas arancelarias) y el Mecanismo de Salvaguardia Especial (MSE). Concluyó que por lo tanto no habría reducciones arancelarias en agricultura. Al referirse a un estudio de la Secretaría de la OMC, dijo que el 20% puede abarcar hasta un 98% del comercio de un país y el 93% en otro. Si bien concedió que existen casos en que las reducciones de los aranceles podrían obligar a los campesinos en los países pobres a competir con importaciones baratas subsidiadas, declaró que de todas formas, los países podrían ofrecer acceso a los mercados mediante cuotas (o ‘contingentes’, según la jerga de la OMC).
¿Cuáles son los intereses de Estados Unidos? Según Hafemeister “Estamos buscando acceso a los mercados de los países en desarrollo. Es en esto en donde se puede sacar provecho de la ronda”. Declaró que grandes porcentajes de las exportaciones agrícolas estadounidenses corresponden a una pocas líneas arancelarias -por ejemplo la soja y el algodón- lo que hace inaceptable para Estados Unidos que no haya una apertura de mercados en estas líneas arancelarias. Manejó como ejemplos el algodón, la soja y el aceite de soja, para los cuales el mercado chino es el objetivo central, y señaló que el 20% de Productos Especiales podría implicar ningunas nuevas exportaciones a China.
En conversaciones bilaterales con los líderes del G33 -Indonesia y Filipinas- antes del colapso de julio, se informó que Hafemeister había presentado a estos países una larga lista de productos para los cuales Estados Unidos quería acceso al mercado. Les solicitó a estos países que tuvieran en cuenta esa lista al decidir sobre sus PE.
Después del colapso de las negociaciones, el Banco Mundial también se ha sumado a la campaña contra los PE y el MSE. Un estudio reciente del Banco sostiene que los países en desarrollo que protegieran sus mercados a través de los PE enfrentarían un alza en los precios de los productos básicos. En la medida en que los pobres también son consumidores, esto significa que la pobreza aumentará, implicando un retroceso del desarrollo, ¡en algunos casos hasta de 30 años!. Estas conclusiones fueron cuestionadas por el G33. Sin embargo, el Banco todavía sigue insistiendo en esta campaña.
Propuestas de Australia
Desde la “reanudación blanda”, los australianos -que lideran el Grupo Cairns-han estado al frente intentando generar nuevas soluciones para desbloquear la situación. Australia es obviamente un exportador agrícola competitivo y se beneficia promoviendo el libreto de EEUU en materia de acceso a los mercados. Las ideas que Australia ha dejado flotando informalmente incluyen:
“La propuesta 5 más 5” (2): Estados Unidos reduce el conjunto de su ayuda interna distorsionante del comercio (OTDS) en 5 mil millones, mejorando su oferta de US$ 22.000 millones a US$ 17.000 millones. A su vez, la “tasa de cambio” (otro de los términos de la jerga de Ginebra) demandará que los países desarrollados aumenten su apertura del mercado 5% más que lo establecido en la propuesta del G20 -de 54% a 59%. Los países en desarrollo tendrían que abrir sus mercados en dos tercios de la exigencia planteada a los países desarrollados, es decir, una reducción cercana al 40% de su tasa consolidada.
Hasta el momento, la propuesta ha sido rechazada tanto por la UE como por los países en desarrollo. Según explica Peter Young de la Comisión Europea,
“El problema es que (la propuesta australiana) es estructuralmente desequilibrada. Va más allá de la propuesta del G20 respecto del acceso a los mercados y se queda corta en materia de ayuda interna. Le facilita las cosas a Estados Unidos”.
Refiriéndose al espacio de maniobra de la UE respecto al acceso a los mercados, Young declaró:
“Antes del verano, indicamos nuestra disposición a ofrecer apenas un poco menos que lo solicitado por el G20. Pero era parte de un paquete para reducir la ayuda interna de Estados Unidos. Puesto que Estados Unidos no se mostró dispuesto a mejorar su oferta en ayuda interna, nuestra oferta no fue confirmada. Pero sigue estando allí, aunque condicionada. La flexibilidad máxima a la que podemos llegar, como término medio, está apenas un poquito por debajo del promedio general (de reducciones) (de la propuesta) del G20”.
“El enfoque acumulativo para los Productos Especiales (PE) y los Productos Sensibles”: Para que Estados Unidos llegue a aceptar la propuesta australiana, ha dejado claro al G33 que los PE y los mecanismos del MSE deben proporcionar “acceso genuino a los mercados”. En esa medida, Australia y otros han sugerido un “enfoque acumulativo”. Se dice que Lamy también ha mencionado esa propuesta:
– Los países desarrollados designan 4% de sus líneas arancelarias como productos sensibles (la UE ha solicitado un 8%, y que para los productos sensibles se disponga una combinación de reducciones arancelarias más bajas y ampliación de los contingentes arancelarios (TRQ).
– Los países en desarrollo designan 6% de sus líneas arancelarias como sensibles y 2% de sus líneas arancelarias como PE, de esta forma se proporciona a los países en desarrollo flexibilidad para un 2-8% de sus líneas arancelarias.
Este es un caso típico de querer meterle a los países en desarrollo algo en lo que ni siquiera tienen interés, y usarlo como justificación para restringir el tipo de flexibilidad que realmente solicitan. Un delegado de un país del G33 dijo “nosotros no somos solicitantes de productos sensibles. Queremos Productos Especiales”.
Es difícil detectar algún “trato especial” para los países en desarrollo en la supuesta flexibilidad de los productos sensibles -una disposición sugerida por la UE en Cancún para cubrir sus propias necesidades. En realidad, obligaría a los países en desarrollo a proporcionar acceso al mercado a otros. El tratamiento para los productos sensibles de los países desarrollados (como lo propone la UE) es una combinación de reducciones arancelarias más bajas que las normales, y la expansión de su contingente arancelario de 3 a 5%.(3) Los países exportadores sugieren que los países en desarrollo amplíen sus contingentes arancelarios entre 2 y 4%. Muchos países en desarrollo no tienen contingentes arancelarios en sus listados, o tienen muy pocos. Si éste es el caso, Australia sugirió que asuman la reducción arancelaria normal que se requiere para las líneas arancelarias clasificadas como sensibles, pero con un período de transición más largo, por ejemplo, dos años más!
Otras discusiones sobre PE y MSE
Estados Unidos sigue sin poder negociar cifras, así que en Ginebra desde la reanudación blanda, no ha tenido lugar ninguna discusión real respecto del 20% para los PE. Australia y otros países han criticado la lista de “indicadores” desarrollados por el G33 para identificar los productos que podrían quedar abarcados por los PE. Los 23 indicadores fueron presentados a los miembros de la OMC el 22 de noviembre de 2005 (JOB(05)304).
Ha habido asimismo mucho debate sobre la propuesta del G33 en torno al Mecanismo de Salvaguardia Especial (MSE). El MSE permitiría a los países en desarrollo aumentar sus aranceles en respuesta a avalanchas de importaciones o caídas de precios repentinas. Los opositores al MSE incluyen a Costa Rica, Argentina y Chile, pero también a países desarrollados exportadores. No quieren que la cobertura de los productos abarque todas las líneas arancelarias como propone el G33, y han sugerido que cualquier aumento de aranceles no vaya más allá de la tasa consolidada de la Ronda Uruguay. Canadá, la UE y EEUU cuentan actualmente con la protección que les proporciona la Disposición de Salvaguardia Especial de la Ronda Uruguay.(4) Como aspiran mantener esta disposición, se muestran algo más dispuestos a brindar flexibilidad en materia del MSE que los opositores antedichos.
Las charlas informales de Falconer
El embajador de Nueva Zelanda presidente de las negociaciones agrícolas, Crawford Falconer, ha organizado una serie de charlas informales (sólo para embajadores). Solamente 23 países han sido invitados a estos encuentros a puertas cerradas. Están incluidos en los invitados Argentina, Australia, Bangladesh, Benín, Brasil, Canadá, Chad, Chile, China, Costa Rica, Croacia, la Comisión Europea (CE), India, Corea, Japón, Malasia, Noruega, Paraguay, Suiza, Tailandia, Estados Unidos y Uruguay.
A estas reuniones se las ha llamado “3 por 3” -tres reuniones en las que se cubren 3 temas por sesión.
Por ejemplo, en la sesión del 27 de noviembre se exploró la “tasa de cambio” entre ayuda interna y acceso al mercado. Falconer exploró el nivel de conformidad de los miembros con una propuesta no muy diferente de la australiana, que usa la propuesta del G20 (Estados Unidos reduce el total de su ayuda interna distorsionante del comercio hasta 12 mil millones, y se logra una apertura de acceso al mercado de 54% para los países desarrollados) como punto de partida.
Él sugirió bajar el total de la ayuda interna distorsionante del comercio (OTDS) de Estados Unidos, de los 22 mil millones que ofrece la propuesta de Estados Unidos a 15 mil millones de dólares. Es decir, el OTDS para los Estados Unidos se reduciría al 70%, y el recorte respectivo de la UE rondaría el 75%. Como contrapartida, en materia de acceso al mercado, la reducción arancelaria sería de 60% para los países desarrollados y 40% para los países en desarrollo.
Estados Unidos estuvo aparentemente muy silencioso durante esa “charla”. La UE expresó su desacuerdo, y algunos países en desarrollo se opusieron argumentando que la presidencia no debería estar equiparando la “tasa de cambio” del acceso al mercado y la ayuda interna.
Las charlas informales y otras consultas laterales continúan. Falconer ha dicho que podría re-redactar, en base a estas consultas, los documentos de referencia sobre una variedad de temas que había elaborado antes del colapso de julio. Aunque no se han fijado plazos, es posible que el presidente pueda presentar algún texto en la primavera (boreal). Sin embargo, un miembro del G33 observó que “Parece que el propio Falconer está personalmente bastante pesimista”.
Acceso al mercado de productos no agrícolas (NAMA por sus siglas en inglés)
Las charlas de “salón” de Stephenson
Una vez que avancen las conversaciones en agricultura (o al menos una vez que se hayan realizado consultas) también se pondrán en movimiento las conversaciones sobre el NAMA, ya que los miembros evalúan el paquete en su conjunto. Sin embargo, es improbable que haya mucho avance en los ‘temas centrales’ del NAMA hasta tanto no se haya llegado a acuerdos en los ‘temas centrales’ de agricultura. Antes del colapso de julio, los países desarrollados habían solicitado aperturas de mercado muy drásticas -con coeficientes de la fórmula suiza de 15 para los países en desarrollo y 10 para los países desarrollados. [El coeficiente es el nivel arancelario final a ser alcanzado a lo largo de un número de años preestablecido]. Esto no es aceptable para la mayoría de los países en desarrollo. Si bien el NAMA apunta a aumentar los flujos comerciales, los países en desarrollo pronostican que una apertura drástica de sus mercados podría por el contrario aniquilar sus industrias.
Una reunión informal abierta al conjunto de los miembros tuvo lugar el 1 de diciembre. Donald Stephenson, el embajador canadiense que preside el NAMA, exploró con los miembros un “mapa de ruta” para las siguientes semanas. Hubo acuerdo en que el texto de julio de 2006 que Stephenson había presentado fuera la base para ulteriores consultas y trabajo. Los miembros en la reunión aparentemente no acordaron un camino a seguir para el abordaje de los temas centrales más controvertidos, es decir, los coeficientes para la fórmula de reducción arancelaria. Pero hubo acuerdo en que la presidencia debía mantener consultas sobre las “flexibilidades” para los países en desarrollo, es decir, las economías pequeñas y vulnerables, los países del párrafo 8, del párrafo 6 y los miembros de reciente adhesión.
Servicios
Las conversaciones sobre acceso a los mercados de servicios también comenzaron con consultas con un pequeño grupo. Desde fines de 2006 no se ha fijado ningún cronograma, pero los presidentes de los comités de servicios están trabajando en la hipótesis del “mejor escenario posible” en la perspectiva de que las negociaciones terminen el 31 de marzo de 2007.
En la reunión abierta que sostuvo Mateo el 27 de noviembre, Estados Unidos describió el acceso al mercado en servicios como un tema que ‘hace o deshace’ cualquier acuerdo sobre el Programa de Doha, generando consternación ente algunos negociadores de países en desarrollo, dada la renuencia estadounidense a mejorar su oferta en agricultura.
Las negociaciones sobre reglamentación nacional también avanzan bajo la presidencia de Peter Govindasamy de Singapur, que está llevando a cabo consultas. Estas negociaciones son básicamente sobre la puesta en práctica de disciplinas que aseguren que las prescripciones y procedimientos en materia de calificación y otorgamiento de licencias y la aplicación de normas técnicas para los proveedores de servicios extranjeros faciliten los flujos comerciales.
El Artículo VI:4 del AGCS compromete a los miembros de la OMC a disciplinar su reglamentación nacional. Estas disciplinas son “horizontales”, atravesando todos los sectores y modos de suministros. Una vez acordadas, todos los sectores que los países se hayan comprometido a liberalizar en la Ronda Uruguay y la ronda actual, tendrían que regirse según estas nuevas reglamentaciones horizontales. Esto significaría una profundización considerable de los compromisos de acceso al mercado que los países han consolidado en la OMC. Las reglamentaciones nacionales en el área de los servicios son similares a las barreras no arancelarias en el área de bienes. Un país puede realizar un compromiso en la OMC, pero usar la reglamentación para eludirlo. Los países en desarrollo están divididos en este tema. Algunos exportadores de servicios como las economías del Caribe, quieren una cierta cantidad de estas disciplinas porque han sido excluidas del mercado estadounidense. India es un solicitante importante. Pero las disciplinas actúan en ambos sentidos, al impedirles también a los países en desarrollo proteger sus mercados nacionales.
Además de la India, otros solicitantes agresivos son Australia y Suiza, Chile, Colombia, Corea, Taipei, Hong Kong, México, Tailandia y Nueva Zelanda. Estos países proponen que se fije un grado de “ambición alta” para esas negociaciones y su resultado final.
El grueso de los países en desarrollo es aprensivo, todavía no han dicho un no rotundo, por las razones que explicamos anteriormente. La mayoría aboga por un resultado de ambición reducida, conscientes de su debilidad en materia normativa. Están cautelosos y no quieren atarse las manos en la OMC y que esto limite su capacidad de proporcionar servicios universales, o reglamentar de acuerdo a objetivos nacionales en un futuro.
La Prueba de Necesidad
El tema más polémico en estas negociaciones es la prueba de necesidad.(5) La prueba de necesidad ya existe en el Artículo VI:4b del AGCS. Países como Brasil y Filipinas lideran el llamado a abandonar la prueba de necesidad argumentando que puede impedirles cumplir con su obligación de brindar servicios universales. Estados Unidos también es un fuerte opositor a la prueba de necesidad. Sus reguladores nacionales objetan la idea de tener restricciones establecidas por reglas multilaterales que limiten su capacidad de regular a nivel nacional. La UE no ha adoptado una posición expresa -es probable que su posición varíe según el sector. No es probable que quiera una prueba de necesidad para el Modo 4 y las prescripciones en materia de calificación, pero puede gustarle uno para las prescripciones en materia de licencias. Otros países que se oponen son el Grupo ACP, Malasia, Indonesia, el Grupo Africano y las economías pequeñas y vulnerables.
La falta de apoyo de Estados Unidos efectivamente puso freno a las negociaciones sobre la prueba de necesidad, especialmente en la medida en que algunos de los solicitantes quieren que Estados Unidos retorne a la mesa de negociaciones de la OMC. Ahora hay conversaciones para rebajar de rango cualquier referencia al respecto, trasladándola al preámbulo y tornándola consiguientemente de menor obligatoriedad legal.
Los solicitantes de la prueba de necesidad son Australia, Nueva Zelanda, Suiza y Hong Kong.
Otros peligros: Prescripciones y procedimientos de calificación y licencia
Sin embargo, las negociaciones sobre las reglamentaciones nacionales plantean otros peligros para los países en desarrollo. Si no hay ninguna prueba de necesidad, India quiere que las disciplinas en las prescripciones (6) y los procedimientos (7) en materia de calificación sean muy detalladas. Estas disciplinas podrían reducir la práctica de algunos países (Estados Unidos y la UE) de incluir solamente “ofertas de papel” en sus compromisos para el Modo 4 (movimiento de personas físicas) mediante leyes de inmigración no transparentes.
Si estas disciplinas solamente se aplicaran al Modo 4, podrían ayudar a muchos países en desarrollo. Pero las disciplinas también atraviesan transversalmente todos los demás sectores: banca, seguros, turismo, transporte, salud, agua, educación, etc, y probablemente recorten seriamente la capacidad de los países en desarrollo de regular la entrada de inversionistas extranjeros. Lo mismo también se aplica al área de prescripciones (8) y procedimientos (9) en materia de licencias, en la que la UE ha presentado propuestas muy detalladas.
¿Qué características presentan algunas de estas disciplinas? En el texto consolidado de la Presidencia de julio de 2006 JOB(06)225, las prescripciones en materia de calificación incluyen por ejemplo:
H1. Cada Miembro asegurará que las prescripciones en materia de calificación estén preestablecidas, sean objetivas, transparentes y estén disponibles al público…
H2. Cada Miembro asegurará que las prescripciones en materia de calificación no sean adoptadas ni aplicadas en vistas a crear obstáculos al comercio de los servicios y que las mismas se basen en criterios objetivos, como la competencia y la capacidad de prestar los servicios, etc.
Los procedimientos en materia de licencias incluyen:
F.1. Cada Miembro asegurará que los requisitos de licencia estén preestablecidos, sean objetivos, transparentes y estén disponibles al público…
F.2. Cada Miembro asegurará que las prescripciones en materia de licencia no actúen como obstáculos al comercio de los servicios y no serán más restrictivos del comercio que lo necesario para cumplir con los objetivos de las políticas nacionales (la nota al pie de la Presidencia en este punto dice “Muchas delegaciones no han hecho propuestas sobre el concepto de necesidad y han expresado su oposición a su inclusión en las disciplinas).
Es probable que se adopte alguna variante de estas disciplinas, si las negociaciones llegan a puerto. Según una fuente interna, las disciplinas en Reglamentación Nacional sobre prescripciones y procedimientos en materia de calificación son un componente muy importante del paquete para India en la Ronda. Los intereses ofensivos de India están en el Modo 1 (suministro transfronterizo) y el Modo 4. Sin embargo, a sabiendas que no se dará mucho en el Modo 4, han decidido asignarle alta prioridad a estas disciplinas de prescripciones y procedimientos en materia de calificación.
Los peligros son muchos para los países en desarrollo que quieren proporcionar servicios universales, o tienen industrias de servicios débiles. En el momento en que abran un sector en sus listas de servicios en la OMC, los procedimientos en materia de calificación y licencia, incluso si han sido elaborados para cumplir con objetivos nacionales pueden no ser legales en la OMC. Por ejemplo, un país que quiera solamente aceptar bancos extranjeros que proporcionen cierto porcentaje de crédito a pequeños agricultores, puede encontrar que su legislación contradice la jurisprudencia “pro-comercio” de la OMC, en la cual los criterios para el ingreso tienden a centrase en la capacidad del proveedor de suministrar el servicio o en su nivel de competencia.
* Ahílen Kwa es investigadora asociada de Focus on the Global South radicada en Ginebra.
Notas
1. Hafemeister J 2006 Presentación realizada en el Taller “Carnegie Endowment for
International Peace Workshop” “The Doha Round and Trade in Agricultural
Products: Who are the Losers and What Should be Done?”, 5 de septiembre,
Washington.
2. Desde el punto de vista del estilo, esta propuesta se asemeja a la propuesta de Lamy antes del colapso de julio de “20-20-20” -rebajar el total la ayuda interna distorsionante del comercio de Estados Unidos del monto actual de 22 mil millones a 20 mil millones, la propuesta del G20 sobre acceso al mercado que contempla reducciones arancelarias del 54% para los países desarrollados, y un coeficiente de 20 para los países en desarrollo en el NAMA. Esta propuesta fue rechazada por el G20 y los países en desarrollo. El G20 había propuesto reducciones del total de la ayuda interna distorsionante de Estados Unidos que la llevaran a 12 mil millones.
3. Durante la Ronda Uruguay, además de las reducciones arancelarias a través de una fórmula, se solicitó a los países que generaran oportunidades de acceso al mercado mínimas, permitiendo importaciones de cantidades específicas con un segundo nivel arancelario menor que la tasa arancelaria habitual. La cantidad de bienes importados a esta tasa arancelaria menor fue denominada como cuota o contingente de tasa arancelaria (TRQ por sus siglas en inglés). Se les pidió a los países desarrollados un TRQ de hasta 5% de su consumo interno, y a los países en desarrollo de hasta 4% de su consumo interno. Sin embargo, esto no es una regla. Un país puede no haber proporcionado una segunda tasa arancelaria más baja debido a considerar que la oportunidad de acceso mínimo que se exige ya está disponible con la tasa arancelaria ‘normal’.
4. La Disposición de Salvaguardia Especial del Acuerdo de la Ronda Uruguay sobre Agricultura fue otorgada a los productos sujetos a la arancelización (cuando los obstáculos no arancelarios fueron convertidos en aranceles) como resultado de la implementación del Acuerdo. La Disposición de Salvaguardia Especial habilita el aumento de las cargas fiscales cuando hay olas de importaciones o bajas importantes en los precios. En la medida que la mayoría de los países en desarrollo no tenían obstáculos no arancelarios, la Salvaguardia Especial ha sido usada fundamentalmente por países desarrollados como la UE y EEUU. Solamente 21 países han accedido a esta disposición y solamente para unos pocos productos. Ésta es otra área en la Ronda Uruguay en la que los países desarrollados se aseguraron un trato especial para sí mismos.
5. El preámbulo del AGCS reconoce el derecho de los miembros a regular, e introducir nuevas reglamentaciones para cumplir con sus objetivos nacionales. Sin embargo, la prueba de necesidad en el Artículo VI.4b del AGCS exige que las disciplinas “no sean más gravosas de lo necesario para asegurar la calidad del servicio”, y de igual manera el Artículo VI establece que las reglamentaciones de los países “no constituyan obstáculos innecesarios al comercio de servicios”, representando ambos una contradicción inherente a este derecho. Si bien los Miembros tienen derecho a determinar los fines de su reglamentación, los medios que elijan podrían ser puestos en cuestión y ser sometidos a la prueba de necesidad de la OMC por un panel de arbitraje.
6. Las prescripciones en materia de calificación son los requisitos sustantivos relativos a la competencia para brindar un servicio que se le exigen a un proveedor de servicios antes de obtener una autorización para prestar un servicio.
7. Los procedimientos en materia de calificación son reglas de carácter administrativo o procesal relativas a la administración de los requisitos de calificación, incluidas las que apuntan a verificar que los candidatos cumplan con las prescripciones en materia de calificación, así como aquellas relativas a la adquisición o complementación de dichas calificaciones.
8. Las prescripciones en materia de licencia son requisitos sustantivos, distintos de aquellos que se exigen para la calificación y las normas técnicas, que se le exigen a un proveedor para obtener o renovar una autorización para suministrar un servicio.
9. Los procedimientos en materia de licencia son reglas de carácter administrativo o procesal relativas a la administración de las prescripciones en materia de licencia para la prestación de un servicio, incluidas las relativas a la presentación y procesamiento de una solicitud de licencia o renovación de la misma.