por Seema Mustafa*
(Artículo publicado primero en Asian Age: http://www.asianage.com/)

BEIRUT, 13 de agosto de agosto de 2006. El proceso del cese del fuego, si es que efectivamente se concreta, ha sido violento y sangriento. Israel redobló su ofensiva contra el Líbano, volviendo a atacar el sur de Beirut después de una pausa de poco más de 24 horas. Un grupo de periodistas internacionales y activistas por la paz fuimos conducidos por integrantes de varios grupos sociales libaneses a los suburbios de Beirut a una hora acordada previamente, para ser testigos de la extensión de la destrucción. Minutos después de dejar el lugar, en la tarde del domingo, llegaban los aviones israelíes y con ellos una lluvia de bombas, mientras el estruendo de las explosiones se oía en toda la ciudad. Para los libaneses, eran portadores de un mensaje: "No quieran volver a la normalidad, todavía estamos aquí".

El sur de Beirut ha sido arrasado por bombardeos ininterrumpidos desde el 12 de julio, en los que ha habido solamente 6 días de respiro. Calles enteras han desaparecido en esta parte de la capital, que representa la base social del partido Hezbollah y que fue elegida una y otra vez como blanco. La residencia de Sayyed Hassan Nasrallah, Secretario General de Hezbollah fue destruida, al igual que las oficinas de la organización. Numerosos hospitales, maternidades, clínicas, centros comerciales y edificios de viviendas de la población civil presentan hoyos en las paredes y en las calles se ven esparcidos juguetes y utensilios domésticos, recuerdos mudos de que ésta fue alguna vez la parte más animada de la capital del Líbano. 

Hezbollah ha pasado las últimas veinticuatro horas rechazando una gran ofensiva israelí. La "resistencia", como se le dice a nivel popular, está peleando esta guerra de igual a igual o incluso con superioridad, aunque con armas inferiores y sumamente inadecuadas. 

Veintisiete tanques israelíes fueron destruidos en el sur del Líbano por los cohetes de Hezbollah, una noticia difundida por los canales de televisión Al Yazira y Al Arabia mostrando imágenes de tanques ocupados por civiles que todavía no han abandonado las zonas del sur. Aparentemente esto no ha tenido mucha repercusión en los medios internacionales, aunque el aeropuerto israelí pasó la noche del sábado dedicado literalmente al bombardeo sistemático de la zona donde sus tanques fueron atacados e inutilizados.

Lo que ha llamado considerablemente la atención en Beirut ha sido el abatimiento de un helicóptero israelí, el primero desde el 12 de julio. Hay que señalar que los cuadros de Hezbollah, siguiendo el ejemplo de Nasrallah, son partidarios de la mesura, y su ideólogo político, el Dr. Ali Fayyad, nos había contado antes que tenían informes no confirmados de que habían derribado un helicóptero. Los informes, que se confirmaron más tarde esa noche, indicaban que el helicóptero fue derribado por un misil de Hezbollah llamado "Waid", término que significa "Promesa". Los rumores callejeros afirman que Hezbollah cuenta con otro misil que puede alcanzar Tel Aviv, llamado "Zilzila", que significa "Terremoto".


 

Israel perdió más de 24 soldados en el día de ayer, según un informe que también ha sido confirmado por las agencias oficiales locales. En su intento de penetrar más profundamente en territorio libanés, las fuerzas israelíes han encontrando una resistencia muy dura, que les ha impedido ingresar en los poblados, a pesar de haberlos bombardeado antes hasta el cansancio, suponiendo haber conseguido de esta forma un estado de sumisión total. La estrategia de guerrilla de Hezbollah, con la fórmula de ataque y retirada, ha demostrado ser sumamente eficaz y ha hecho difícil para las fuerzas israelíes penetrar en los poblados y mantenerlos bajo su poder, a pesar del empuje del avance de sus fuerzas. Al decir de un joven llamado Qasim, que volvió desde Dubai para estar con su familia: "Todavía no han logrado llegar al río Litani. A pesar de su poder, nuestra resistencia les ha impedido avanzar". Israel ha debido pagar costos militares inmensos, porque a diferencia de 1982, cuando logró cercar Beirut sin ningún tipo de resistencia, actualmente le está resultando extremadamente difícil contrarrestar a Hezbollah, y el número creciente de pérdidas ha generado una fisura importante entre el ejército y el gobierno y dentro del propio gobierno israelí.

Ante mi pregunta, el Dr. Fayyad del partido de Hezbollah, describió en forma brillante cómo Hezbollah "ganó" la guerra. Porque no hay ningún libanés en el país, ni ningún ciudadano del mundo árabe que no crea que la resistencia ganó y que Israel ha debido doblegarse política y militarmente, por primera vez desde su existencia como país. Afirmó que es muy importante recordar que Israel es el cuarto ejército más grande del mundo, mientras que Hezbollah no tiene armas y su estructura militar es limitada, con un número de combatientes que apenas asciende a algunos centenares. En el terreno ideológico, dijo, un combatiente de Hezbollah cree que está en la senda correcta, tiene fuertes convicciones, sabe que se sacrifica por su país y es un combatiente con gran autocontrol. Militarmente, participa solamente en actividades de resistencia, y afirmó también que: "hemos pasado estos años preparándonos para enfrentar a Israel, porque siempre creímos que volvería a agredirnos". 

El Dr. Fayyad nos explicó que el primer paso fue adoptar la táctica de la guerrilla. Destacó que esta vez introdujeron los cohetes como un nuevo elemento. "No podemos comprar tanques ni aviones. Además, si pudiéramos, no podríamos introducirlos en el país. Pero es muy sencillo contrabandear cohetes después de comprarlos en el mercado internacional", afirmó. Hezbollah asigna gran importancia a esta "estrategia de cohetes" y  actualmente posee tres tipos de cohetes, eficaces contra tanques, barcos y aviones respectivamente. 

Hezbollah logró hundir un barco israelí, y en todo el mundo árabe hay carteles que muestran el retrato de Hassan Nasrallah contra el telón de fondo de un barco que se hunde. Los cohetes y la táctica de guerrilla han hecho que esta agresión termine volviéndose un  verdadero problema sin solución para Israel. El Dr. Fayyad destacó que  Israel había atacado el Líbano convencido de que lograría invadir Beirut.

Las imágenes de la guerra y la tragedia son más que visibles en Beirut: las escuelas, plazas y hoteles sirven de refugio para los refugiados del sur del Líbano, el sonido periódico de las bombas, los pacientes con quemaduras, fracturas y heridas debatiéndose entre la vida y la muerte en hospitales e intentando aceptar la muerte de sus familiares. Laila yace en una cama y en la cama vecina llora la hermana de su esposo, son las dos únicas sobrevivientes de toda una familia. Laila perdió a su esposo y a sus dos hijos. Su cuñada perdió a sus padres, a su esposo y a su hermano, entre otros. También está Alí, que apenas puede hablar, salió despedido de su camioneta y sufrió lesiones graves mientras intentaba cruzar un puente en Beirut, que fue alcanzado por una bomba israelí.

Nasrallah apareció en la televisión. Solamente hizo declaraciones en la red Manara, que es una red de su confianza, donde dejó claro que no está demasiado conforme con la resolución del cese del fuego, porque busca igualar la agresión de Israel y la resistencia del Líbano. Pero señaló, antes incluso que el gobierno libanés, que estaba dispuesto a apoyar una decisión de cese del fuego, si era lo que resolvía el gobierno. No obstante, fue terminante en que esto estaría condicionado a un cese del fuego israelí, porque como la guerra no había terminado, si Israel continuaba con los bombardeos, Hezbollah tenía derecho a contraatacar. Aclaró que la resolución debía contener una cláusula en la que se condenara a Israel por el asesinato de civiles en el Líbano, y que Israel debía ser obligado a pagar una multa. Estuvo firme, moderado y tranquilo, pero mostrando una gran confianza. Dejó claro que aunque Hezbollah podía continuar con la guerra, quería la paz, y que si Israel detenía la guerra, ellos también. El domingo, en Beirut, a pesar del nuevo bombardeo israelí, se respiraba un aire de cierta expectativa; la esperanza de que finalmente los israelíes se retiraran y volviera la tranquilidad a un país destruido por la guerra

* Seema Mustafa es una de las 12 integrantes de la Misión Internacional de Paz de Parlamentarios y Organizaciones de la Sociedad Civil que se encuentra actualmente en el Líbano. Es editora residente de Asian Age.