“Todo el mundo dice que las reglas son importantes para los países pobres, pero la presión bilateral que ahora se está haciendo es más poderosa que las reglas. Si yo me quejo demasiado, EE.UU llamará a mi Ministro y dirá que estoy incomodando a EE.UU dentro de la OMC. Mi gobierno ni preguntará qué es lo que dije. Simplemente me enviará un boleto mañana”. Representante de un país africano ante la OMC

 

“Existe una presión intensa para lograr el ‘éxito’ en Doha según los criterios del grupo Quad (Canadá, Japón, EE.UU. y la Unión Europea). Algunas delegaciones han mencionado que si asumen una posición propia, las grandes potencias recortarían la ayuda bilateral inmediatamente, y que no ven como será posible expresar sus opiniones bajo una presión tan fuerte”. Shefali Sharma, representante de Institute for Agriculture and Trade Policy, IATP (EE.UU.) en Ginebra

Reunión se inicia en medio de profundos desacuerdos

El día viernes de esta semana, 9 de noviembre, se iniciará la cuarta reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio en Doha, Qatar; la primera reunión ministerial desde la de Seattle en 1999. Para la OMC y sus mayores promotores, EE.UU y la Unión Europea, es muy importante asegurar que esta reunión no fracase. Sin embargo para los países en desarrollo, las negociaciones de la OMC, a pesar de su supuesto mecanismo de consenso, son famosas por su falta de equidad y transparencia, y por la presión política y económica ejercida por las potencias comerciales, sobre todo EE.UU.

En estas negociaciones la capacidad de los países del tercer Mundo de mantener, o incluso recuperar en algunos casos, su soberanía, dependerá de su capacidad de resistir a la presión de los países industrializados que se ejerce no sólo en la sala de negociaciones pero también a través de amenazas económicas.

El pasado 27 de octubre se emitió el segundo borrador de la declaración Ministerial que los países industrializados espera sea aprobado en la reunión de Doha. Esta declaración sentará las bases de trabajo para la organización y sus miembros durante los próximos años, y posiblemente lanzar una nueva “ronda” de negociaciones dentro de la organización. Sin embargo no hay consenso sobre el borrador pues existen grandes diferencias entre los países industrializados y muchos países en desarrollo, en particular de Africa y Asia, respecto a su contenido. Además se ha cuestionado el envío de este borrador por parte del Presidente del Consejo General, Stuart Harbinson, a la reunión ministerial porque según las normas de la propia OMC no se puede presentar un documento no consensuado ante una reunión ministerial.

“La OMC, una organización basada en reglas y que se estableció hace seis años en base al tratado de Marraquesh, (un tratado internacional formal), volvió a probar ante el mundo que es ilegítima, sin normas y anti-democrática, pero sí basada en el poder, pues sin ninguna autoridad ni norma, el Presidente del Consejo General y el Director General de la OMC anunciaron que enviarán el borrador de la Declaración Ministerial y otros textos preparados por ellos mismos, a los Ministros que participarán en Doha” (“Chairman Harbinson and DG Moore act rulelessly at WTO”. Informe de Chakravarthi Raghavan. Agencia SUNS – Ginebra, 31 Oct.)

Este borrador final ya está en las capitales de todos los países miembros de la OMC, para que sea –apenas- conocido antes de la reunión de Doha. A pesar de la retórica en contrario, la OMC no es una organización transparente ni democrática. La gran mayoría de la población latinoamericana no conoce la incidencia de la OMC sobre su vida, no ha sido consultada, ni ella ni sus organizaciones, sobre las posiciones asumidas por sus propios gobiernos durante estas etapas preliminares de las negociaciones, aunque los resultados les afectarán directamente, y con toda seguridad en forma negativa.

A diferencia de muchas voces gubernamentales africanas, las de América Latina casi no se oyen en esta discusión, quizás porque piensan que así será posible sacar mayor ventaja, por ejemplo si EE.UU. aprueba la entrega de Preferencias Arancelarias para los Andinos, o que EE.UU. abrirá sus mercados a las exportaciones agrícolas de países como Colombia, Argentina, Brasil . A la luz de la experiencia esta táctica no será exitosa: sólo recibirán migajas y terminarán legitimando un proceso y una organización que no busca beneficiarles.

Vale preguntar ¿qué pasó con los Parlamentos y con los medios de comunicación, en todo esto? No debían exigir que estas propuestas se discutan a nivel nacional, y que los gobiernos consulten con las organizaciones sociales, y no simplemente, como es su costumbre, con los sectores empresariales?.

“No me gusta verles (a los países en desarrollo) estafados. Al fin y al cabo tal vez sería mejor dejar a la OMC de lado, regresar y trabajar por nuestro desarrollo. Sólo después de hacerlo, volver para ingresar a la OMC. La OMC no puede usarse como una herramienta para el desarrollo”. Representante de un país africano ante la OMC